La hepatitis es una inflamación del hígado que afecta a miles de mexicanos cada año. Esta enfermedad, aunque tratable, puede tener consecuencias graves si no se detecta y trata a tiempo.
En México, se estima que alrededor del 2% de la población vive con algún tipo, siendo las más comunes la hepatitis A, B y C.
La hepatitis B y C son las más prevalentes en adultos, mientras que la hepatitis A es más común en niños debido a su fácil propagación en entornos escolares y familiares.
Se calcula que 1.4 millones de mexicanos tienen la tipo C, con una mayor incidencia en personas mayores de 40 años.
Sin tratamiento adecuado, la tipo B y C pueden evolucionar a cirrosis o cáncer de hígado.
Un mito común es que solo las personas con conductas de alto riesgo pueden contraer esta patología, cuando en realidad, todos estamos expuestos si no tomamos las precauciones adecuadas.
En México, la hepatitis C es responsable de aproximadamente 10 mil muertes anuales. La tasa de mortalidad para la tipo B es también significativa, con un riesgo de progresión a cirrosis o cáncer de hígado del 15% al 25% en aquellos que no reciben tratamiento adecuado.
La Tipo A, aunque rara vez es mortal, puede causar complicaciones graves en adultos mayores y personas con sistemas inmunitarios debilitados.
Hepatitis A: Fiebre, fatiga, pérdida de apetito, náuseas, y coloración amarillenta de la piel y los ojos.
Hepatitis B y C: Fatiga, dolor abdominal, orina oscura, ictericia, pero también pueden ser asintomáticas durante muchos años, haciendo su detección más complicada.
Medios de contagio
Hepatitis A: A través de alimentos y agua contaminada.
Hepatitis B: Contacto con sangre infectada, relaciones sexuales sin protección y de madre a hijo durante el parto.
Hepatitis C: Principalmente por contacto con sangre contaminada, como compartir agujas.
Medidas de prevención
Vacunación: Disponible para hepatitis A y B, pero no para C.
Higiene: Lavar manos frecuentemente y evitar consumir alimentos en condiciones insalubres.
Precauciones médicas: Usar material médico desechable y esterilizado, y no compartir objetos personales como rasuradoras y cepillos de dientes.
¿Qué tan común es?
11 casos por cada 100 mil habitantes la incidencia nacional.
5 de cada mil personas viven con esta patología y la mayoría lo desconoce.