“Puedes estar en el centro de la ciudad, viendo la catedral a las 10 de la mañana, pero, a las 6 de la tarde, la luz cambia completamente con el atardecer, lo que también transforma la sensación que te proporcionan esos escenarios”.
“Las luces de la ciudad, que son artificiales, mientras transitas por las calles con miles de edificios llenos de colores, iluminados por la noche, son otra perspectiva que se refleja en su mismo ambiente. Cuando estés apreciando ambos paisajes (luz natural y recreada), tu perspectiva de la vida puede cambiar, aunque sea una sensación efímera”, completó la artista sobre la sustancia de su colección.