Soy un firme creyente de la libertad de creencias y respeto por igual a cristianos, musulmanes y seguidores de otros cultos religiosos
Sin embargo, cuando los monumentos, reliquias y sitios arqueológicos que son patrimonio de la humanidad están siendo sistemáticamente destruidos por ISIS, el Estado Islámico, me resulta imposible quedarme callado.
En los últimos meses hemos sido testigos de una alarmante aniquilación del pasado histórico por parte de este grupo extremista, que se precia de quemar vivos o cercenar las cabezas de sus prisioneros y responsable de la calculada y brutal violación de mujeres de las minorías kurdas, incluidas niñas de 9 años.
Daesh, como también se conoce a ISIS, nació como resultado de la invasión de los EUA a Irak en 2003; por ello no deja de ser irónico que el intervencionismo yanqui haya librado al mundo de Saddam Hussein para luego apadrinar – involuntariamente por supuesto – a sus enemigos yihadistas. Surgido como una organización terrorista, Daesh controla en la actualidad ciudades tan importantes como Mosul, Faluya y Al Raga.
Con la excusa de acabar con la “idolatría” de aquellos que no comulgan con sus intereses, los sunitas de ISIS atentan contra el pasado histórico de la humanidad con la inverosímil ayuda de marros, taladros y explosivos plásticos.
Tampoco se tientan el corazón para ‘castigar’ a aquellos que se interpongan en su camino; tal es el caso de Jaled al Assad, un célebre experto en antigüedades sirio, quien el mes pasado fue decapitado por negarse a revelar dónde se encontraban escondidos valiosos tesoros arqueológicos en la histórica ciudad de Palmira.
Si bien las estrujantes escenas de las oleadas de civiles sirios que han abandonado el país para huir de la brutal confrontación han captado nuestra atención en fechas recientes, no podemos ni debemos dejar de subrayar el criminal vandalismo que ocurre en paralelo.
Para que el lector/a se dé una idea de la magnitud de la barbarie, le presento a continuación un recuento parcial de las atrocidades cometidas por Daesh, de 2014 a la fecha, en ciudades sagradas y sitios históricos:
MEZQUITAS Y SANTUARIOS
Entre los espacios sagrados hasta ahora destruidos se encuentran la mezquita del Khudr, que databa del siglo XII y el santuario Imam Awn al-Din, del siglo XIII; la mezquita Hamou al-Qadu, erigida en 1880; la ermita Fathi al-Ka’de; la tumba del profeta Daniel, la tumba y la mezquita del profeta Jonás y la tumba del profeta Jirjis, así como varios santuarios sufíes en las cercanías de Trípoli, Libia.
IGLESIAS Y MONASTERIOS CRISTIANOS
Se hizo estallar una estatua de la Virgen María en un templo de Mosul, así como el Memorial del Genocidio Armenio, en el templo de Deir ez-Zor y el de San Ahoadamah, en Tikrit, perteneciente a la Iglesia Asiria de Oriente. Cuatro niños murieron en julio cuando un antiquísimo templo cristiano fue volado en Mosul y en agosto fue borrado del mapa el histórico monasterio Mar Elián.
SITIOS ARQUEOLÓGICOS ANTIGUOS Y MEDIEVALES
Se bombardearon piezas monumentales y varios tramos del muro que rodeaba a Nínive, en el barrio al-Tahrir, de Irak. Asentada en las orillas del Tigris, Nínive fue una importante ciudad de la civilización asiria y es mencionada en repetidas ocasiones en el Antiguo Testamento.
A través de un video se mostró la destrucción, mediante un martillo neumático, de varios artefactos de la era asiria en el Museo de Mosul, incluida una estatua en granito de la Puerta Nergal.
En marzo se inició la demolición de Nimrud y Hatra, antiguas ciudades asirias. Entre los artefactos dañados en Nimrud se incluyen valiosas estatuas a las puertas del palacio de Ashurnasipal II, quien gobernó Asiria en el siglo VIII A.C.
En abril se supo de la destrucción de los restos del castillo Bash Tapia, que databa del siglo XII. En mayo fueron demolidas las antiguas columnas del templo de Bel y el teatro romano de Palmira. El 30 de agosto fue volado en pedazos lo que quedaba del templo de Bel, información que ha sido verificada por fotos satelitales.
Trágicamente, esta lista irá en aumento en los meses siguientes, pues todo indica que ISIS seguirá en control de los enclaves de la antigua Mesopotamia.
Ante tan salvaje barbarie, la UNESCO se ha movilizado para crear la Coalición de la Cultura, en colaboración con gobiernos nacionales, la Interpol y otras organizaciones, ya que Daesh ha empezado a inundar el mercado negro con lotes de las piezas arqueológicas criminalmente saqueadas, para seguir financiando sus operaciones.
Mientras tanto, me pregunto, qué haremos los ciudadanos de este lado del planeta. ¿O preferimos seguirnos quedando callados?
Raúl González Pinto
Doctor en Comunicación por la Universidad de Ohio y Máster en Periodismo por la Universidad de Iowa.
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