¿Alguna vez has escuchado que la vida es cíclica? Que todo se repite, cuando no cierras un círculo o no aprendes la lección? De algo así escribiré hoy.
Hace un par de años, en un taller de capacitación, me compartieron la historia de la cultura Maya, fue ahí que descubrí su impresionante sabiduría y lo avanzado que estaba para su época. Supe que su calendario se basaba en el concepto del tiempo en espiral. Que hay tiempos que culminan en forma de círculo para poder ascender a otro círculo superior, por explicarlo de alguna manera (esos círculos, también pueden ser eras, ciclos, etapas, años, etcétera) lo que me interesa destacar es el conjunto de ideas que engloba este concepto.
La vida es cíclica, nacemos, crecemos, si queremos o podemos nos reproducimos, e inevitablemente morimos. En ese gran ciclo, hay otros ciclos pequeños que vamos experimentando para ascender, queramos o no.
Aunque tú no lo creas o quieras aceptar es imposible transitar en este mundo sin ascender. Cuando voluntariamente no das el paso a la ascendencia personal, viene la vida de manera sorprendente y con alguna manifestación, llamada persona, hijo/a, esposo/a, maestro/a, o persona que te hace un bien o en ese momento un aparente mal, circunstancia o situación; creces. Es imposible seguir siendo la misma persona cuando ya tienes conciencia de algo.
A veces quieres evitar ver esa situación, persona, o circunstancia deseando que desaparezca y, te tengo una pésima noticia, no se irá, ni desaparecerá; simplemente se las estás entregando al señor tiempo para que haga su mejor trabajo sanador. La intención es buena y el proceso es prolongado. Hasta que algún día cuando regrese, te encuentre con más fuerza y valor para confrontarlo y solucionarlo. A veces no es necesaria la confrontación, simplemente descubrirás que requería una negociación.
Una cosa que he aprendido con estos ciclos (buenos y aparentemente malos) es que siempre buscan el equilibrio y la ascensión, que si les pregunto ¿Por qué? Me dará respuestas que no me llevarán a la ascensión personal, y que si le pregunto ¿para qué? Me da herramientas y respuestas sorprendentes.
El pasado martes asistí a la presentación de la nueva imagen del DIF Querétaro, y cuando vi a Karina en el pódium me pregunté ¿para qué? Si ella ya había sido presidenta del DIF municipal, -hago la aclaración que no entiendo mucho el mundo de la política aunque reconozco y sé que soy una ciudadana muy observadora y crítica- ¿para qué? Ser la presidenta del DIF estatal, a medida que fue explicando lo que significaba su logro, la respuesta llegó en su slogan “Toma mi mano”.
Hoy está nuevamente al servicio, para que “Tomemos su mano”. Me siento orgullosa de ti, he visto de cerca como haz crecido en años, en madurez, y en tu fuerza interna, apoyando a muchas mujeres que te adoran y siguen, como las “Mujeres luchonas e imparables”. Te deseo lo mejor de este nuevo ciclo que comienzas. Te abrazo, tu amiga Ely. Excelente fin de semana
Por: Ely Machado
La autora es Master coach