Como habrás de recordar, lector/lectora, te he venido compartiendo en este espacio las vívidas reminiscencias de un grupo de jóvenes, que se remontan a su experiencia de ver televisión cuando eran muy pequeños
Recolecté estas narraciones de los estudiantes de Comunicación y Medios Digitales del Tecnológico de Monterrey. Mediante las mismas, nos ayudan a conocer hasta qué punto, en nuestro carácter de televidentes, aparecen en nuestras remembranzas imágenes de personas, sensaciones o sentimientos relacionados con nuestras vivencias más tempranas.
Continúo, pues, contándote las fascinantes historias que me compartieron:
Abuelitos, hermanos,tíos y hasta perros
Sara Karina Herrera: “Mi hermano y yo veíamos ‘Tom y Jerry’, ‘Rocket Power’, ‘Dexter’, ‘Las Chicas Superpoderosas’ y otras caricaturas de entonces. A la hora de la comida, mi papá siempre ponía el programa de Lolita Ayala en la tele de la cocina y mi hermano y yo nos aburríamos.” Jessica Sánchez: “Estaba viendo ‘Las Tres Mellizas’, acostada en la cama de mi tía, con el mayor de mis hermanos. Mi tía siempre cocinaba a la hora del programa y, mientras lo veía, me preparaba agua de limón o de naranja. Tenía un perrito llamado Cookie, que ladraba cada que el programa comenzaba; parecerá chistoso, pero éste permanecía a un costado de la cama”. Gerson Haroldo Martínez: “Cuando tenía alrededor de siete años viajaba mucho a Veracruz, con la familia de mi mamá. Ahí tenía un tío llamado Samuel, quien ya murió. Nuestro tío reunía a todos los primos (éramos 10 ó 15) en su casa para mirar películas. La favorita de todos era ‘The Lion King’. Mi tío siempre nos daba botanas y paletas y también tenía una perrita cocker spaniel, con la que todos jugábamos”. Julia Cruz: “Cada 15 días pasábamos el fin de semana en la casa de campo familiar, con mis abuelos paternos, en un pueblito de Morelos llamado Coatlán del Río. Mis abuelitos, mis dos hermanos y yo solíamos desayunar fruta y ‘hot cakes’ los domingos, mientras veíamos ‘En Familia con Chabelo’”.
Magia y felicidad
Marbella Cervantes: “Tengo un recuerdo que emana felicidad: estábamos en la casa de la abuela los nietos más pequeños, sentados frente a su viejo televisor. La cama era inmensa, pero nadie se sentía incómodo. Yo estaba sentada en el tapete del suelo con los ojos hacia arriba, escuchando las vibraciones de los sonidos y contemplando las imágenes, una a una, de ‘DragonBall Z’, una caricatura japonesa en la que conocí a mi primer héroe, que al parecer podría cuidarme siempre, ya que moría, pero siempre vivía en otras dimensiones. Ver aquel programa era un hábito que compartía con mis primos, pues era el único televisor de la familia. Aquella ocasión llovía sin parar. Mi abuelita se acercó y dijo que si cruzábamos dos cuchillos, la lluvia pararía, y eso evitaría que nos perdiéramos de la única hora del día en el que veíamos televisión, ya que entre la lluvia y la mala señal en nuestro pueblo, era una aventura ver la televisión”.
O la muñeca o la tele
Lilián Andrea Rosales: “Estábamos mi mamá, mi abuela y yo en donde solía ser la casa de mi abuelita, en San Juan del Río. Yo estaba en la sala, parada frente a mi antiguo televisor, viendo ‘Pie Pequeño’, una de mis caricaturas favoritas de entonces. Acababa de ser mi cumpleaños y mi mamá me iba a comprar un obsequio: la Barbie Sirenita, que movía la cola y le cambiaba de color el cabello al meterla al agua. Me dijo que si quería ir a comprar mi regalo en ese momento, así que entré en contacto con un grande conflicto: no sabía si dejar de ver ‘Pie Pequeño’ y perderme una parte importante de la historia o ir por mi muñeca que tanto quería” [desafortunadamente, la narradora nos deja en ascuas, pues no cuenta cómo terminó la historia].
¿A qué conclusiones podríamos llegar? Como el lector/lectora lo habrá notado, podemos comprobar que en las narraciones aparecen una diversidad de personas, sentimientos, sensaciones y pensamientos asociados al acto de ver televisión. Sugiero, a manera de conclusión, reconocer que los medios masivos se encuentran más complejamente intrincados en nuestras vidas de lo que pensaríamos. ¿Querrías alguna vez compartir tus seguramente también fascinantes historias para los lectores de AM de Querétaro?
(*) Doctor en Comunicación por la Universidad de Ohio y Máster en Periodismo por la Universidad de Iowa.