Vivimos en una época de incertidumbre, en un presente lleno de dudas que nos impide tener una visión clara del futuro, del camino que debemos recorrer, de todo aquello que nos va a ocurrir. Dewey nos enseña que para enfrentar estas incógnitas, que nos paralizan y nos hacen mantenernos en la inercia sin sentido y destructiva, hay que recurrir a la filosofía que nos conduce a tantear y extender nuestro pensamiento, para ver en dónde estamos y hacia dónde vamos, pues los hombres vivimos en el riesgo, la ambigüedad y la crisis, que nos encaminan a conocer a partir de ellas y a actuar con sentido. No temamos, debemos hacer como recomendaba Ortega y Gasset, una verdadera política que postula la unidad de los contrarios, en la educación básica queretana hace falta, a la vez, un impulso y un freno, una fuerza de aceleración, de cambios social, y una fuerza de contención que impida la destrucción que produce la vertiginosidad y el cambio sin sentido. ¡Estamos a tiempo!