Los jóvenes, como una cohorte de edad, tienen una gran importancia en las economías emergentes por una variedad de razones. El desarrollo demográfico en las economías de esta índole, así como en México, trae este grupo de individuos a la luz, debido a su tamaño y el potencial de influir el crecimiento de la economía. Mirando más de cerca a este grupo de edad en el contexto de México, hay dos observaciones que se tienen que hacer: en primer lugar, hay un grupo cada vez mayor de los llamados ‘Ninis’, que son jóvenes sin esfuerzo de encontrar trabajo o prepararse para el mercado laboral (representan 22.4 por ciento de la población joven, OECD 2015). Al mismo tiempo, hay un grupo creciente de jóvenes que están buscando trabajo, al tiempo que estudian, pero tienen una perspectiva muy baja de encontrar un empleo adecuado, mientras que el tiempo promedio para una persona joven para encontrar un puesto de trabajo en México es de 3.5 años (OCDE Panorama Educativa 2014). El problema que México enfrenta en términos de brindar un empleo adecuado para este grupo, es de proporciones masivas. Hay una variedad de medidas que los gobiernos toman, y tal vez tienen la capacidad de aliviar el impacto de la evolución demográfica de los próximos años, pero, como normalmente ocurre, las medidas públicas son rara vez lo suficientemente
Una de las posibles soluciones para este fenómeno es fomentar el emprendimiento social dentro de la generación joven. La combinación de la gran cantidad de oportunidades que pueden abordar las empresas sociales, con el dinamismo y el hambre de cambio de la generación joven, puede crear un impacto proveyendo oportunidades de autoempleo, y resolver una variedad de problemas sociales, al mismo tiempo.
La importancia de la educación en términos de sostenibilidad de este tipo de empresas es una parte vital de la solución. A través de la generación de ingresos y ganancias, el emprendedor social es capaz de sustentarse a sí mismo y al crecimiento de su empresa, y al mismo tiempo crear un modelo replicable para que otros lo sigan. Las empresas sociales creadas y gestionadas por los jóvenes se encuentran en diversos lugares de Querétaro. El ‘Water on the Road’, un proyecto de la empresa social desarrollado e implementado por estudiantes del Tec de Monterrey, que ayuda a proporcionar agua para los inmigrantes centroamericanos en su paso por México, a través de un modelo de negocio autosostenible, es solo uno de muchos ejemplos. La comunidad de Chichid’ho en las inmediaciones de Bernal, por otro lado, es un perfecto ejemplo de la combinación del dinamismo de un joven emprendedor.