Las palabras también generan sentencia de muerte. Cuando la noticia es dada al joven, éste genera un shock mental. Sale del consultorio del doctor y le dice a su mamá, “Treinta y dos o treinta y tres años son muy pocos mamá”. Imagina por un momento la escena. ¿Qué harías? ¿Demandar al doctor, por hablar frente de un menor de un asunto tan delicado? ¿Cobrarle los honorarios al doctor de un psicólogo, para que el joven procese el trauma, adquirido? ¿Qué harías en su lugar?