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¿Qué tan fuerte eres, lector/lectora? Y no me refiero a tu fortaleza física, sino al blindaje mental, moral y espiritual que posees. Entre más fuerza albergues en tu interior, más probable te resultará emerger victorioso de los retos y las situaciones adversas que en ocasiones la vida nos pone por delante. Martin Seligman, un renombrado … Leer más

21 de diciembre 2015

¿Qué tan fuerte eres, lector/lectora? Y no me refiero a tu fortaleza física, sino al blindaje mental, moral y espiritual que posees. Entre más fuerza albergues en tu interior, más probable te resultará emerger victorioso de los retos y las situaciones adversas que en ocasiones la vida nos pone por delante.

Martin Seligman, un renombrado investigador estadounidense, es el fundador de la Psicología Positiva, un movimiento teórico cuyo propósito es buscar la manera óptima de acrecentar el bienestar del ser humano. La pregunta originalmente planteada por este catedrático resultó asombrosamente sencilla, si bien harto difícil de responder: ¿Qué es lo que hace que valga la pena vivir y de qué manera podríamos conseguirlo?

En la búsqueda de una respuesta, Seligman tuvo el acierto de identificar 24 fortalezas que nos distinguen a los seres humanos como personas. Entre más se empeñe uno en desarrollarlas, más factible será que logre darle un sentido pleno a su vida.

Dichas fortalezas se sustentan en seis virtudes universales: la sabiduría y el conocimiento; el valor y el coraje; el sentido de humanidad; la justicia; la moderación y la templanza y, finalmente, la trascendencia. ¿Listo para conocerlas? Veamos:

Sabiduría y conocimiento. Las primeras cinco fortalezas se relacionan con la disposición a buscar y disfrutar el conocimiento, así como para compartirlo con otros.

  1. Creatividad: Es la originalidad y el ingenio para buscar maneras diferentes de hacer las cosas; de esta manera, podremos generar acciones para una mejor calidad de vida. Incluye la imaginación requerida para la creación artística.
  2. Curiosidad: Esta segunda fortaleza es propia de aquellas personas que se encuentran abiertas a nuevas experiencias y motivadas para explorar información novedosa sobre las cosas que suceden a su alrededor.
  3. Mentalidad abierta: Es la motivación para examinar el significado de los acontecimientos que suceden en tu vida. En vez de apresurarte a sacar conclusiones, analizas y evalúas las ideas con base en evidencias. Requerirás de un pensamiento crítico para descubrir los diversos ángulos de cada situación.
  4. Amor por el conocimiento: Es la voluntad para hacerse de información que te permita saber más y adquirir nuevas habilidades, talentos y destrezas. Implica una sed de aprender para crecer.
  5. Perspectiva: Es el afán de compartir sabios consejos a aquellos a tu alrededor, pensando ante todo en su bienestar. No basta con querer saber más: es menester hacerlo extensivo a los demás.

Valor y coraje: Seligman identifica cuatro fortalezas asociadas con la robustez emocional para la consecución de metas y que nos permiten superar los desafíos:

  1. Valentía: Es la energía que te impulsa a no dejarte intimidar por las dificultades y amenazas. Lejos de claudicar, enfrentas exitosamente tus miedos para armarte de valor y defender tus convicciones personales, sin importar que otros se opongan o te censuren por ello.
  2. Persistencia: Es el empeño de llevar a buen término las cosas que te propones realizar, a pesar de los obstáculos que vayan surgiendo. Ser perseverantes y diligentes exige la autodisciplina de la laboriosidad.
  3. Integridad: Es la coherencia entre lo que decimos, lo que pensamos y lo que hacemos. Una persona íntegra se caracteriza por la autenticidad, ya que está dispuesta a admitir la responsabilidad de sus acciones.
  4. Vitalidad: Es la motivación para acometer los proyectos con pasión y entusiasmo. Disfrutar a plenitud la vida exige una dosis saludable de vigor, convicción y energía para derrotar el abatimiento.

 

Humanidad. Ser humano va más allá de formar parte de la especie mejor conocida como ‘homo sapiens’. Es preocuparse genuinamente por los demás y mostrar una solidaridad emanada desde las profundidades del ser. Esta virtud se sustenta en las siguientes fortalezas:

  1. Amor: Es la vocación de amar y ser amado, en el más amplio de los sentidos. Saber dar y recibir afecto es una cualidad que nos permite construir y sostener relaciones exitosas con nuestros semejantes.
  2. Generosidad: Lejos de buscar el reconocimiento por ayudar a aquellos que lo necesitan, la verdadera compasión nos compele a un altruismo desinteresado y genuino.
  3. Inteligencia social: Es saber conducirse con acierto en las diversas situaciones en las que hayamos de interactuar con otros; mostrarnos asertivos cuando se imponga ser claros y directos y comportarnos con discreción cuando la prudencia y el decoro resulten apropiados.

La próxima semana te compartiré, lector/lectora, las otras fortalezas personales estudiadas por Seligman. Entretanto te deseo, de todo corazón, que pases la mejor de las navidades en compañía de tus seres queridos.

 

Raúl González Pinto (*)

Doctor en Comunicación por la Universidad de Ohio y Máster en Periodismo por la Universidad de Iowa.

 

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