Se dice que por el año 723 San Bonifacio junto con un pequeño grupo de personas en la Baja Sajonia, llegaron a una comunidad de paganos cerca de Geismar durante el invierno, en donde iban a llevar a cabo un sacrificio humano (donde usualmente la víctima era un niño) a Thor, el dios del trueno, en la base de un roble al que consideraban sagrado, y con un báculo en la mano, hizo ver con la cruz de Cristo que rompería el martillo del dios falso sino se impedía la ejecución. El verdugo levantó el martillo para ejecutar pequeño niño y milagrosamente rompió el gran martillo de piedra y salvó la vida del niño. Posteriormente Bonifacio cogió un hacha que estaba cerca de ahí, y según la tradición, cuando la blandió poderosamente hacia el roble, una gran ráfaga de viento voló el bosque y derribó el árbol con raíces y todo.
El árbol cayó al suelo y se rompió en pedazos. A raíz de esta experiencia ese pequeño árbol, fue un árbol santo esa noche. Su significado resalta con su madera la paz y el signo de una vida sin fin, porque sus hojas son siempre verdes y sus puntas dirigidas hacia el cielo. Se le llamo desde ese momento “el árbol del Niño Jesús” y se predicó que en torno a él, no en el bosque salvaje, sino en los hogares se encuentre refugio y no habrán actos sangrientos, sino regalos amorosos y ritos de bondad.
Siguiendo la tradición en originalmente en Alemania al traer un abeto a sus hogares, decorándolo con velas y ornamentos y al celebrar el nacimiento del Salvador, el Apóstol de Alemania y su rebaño crearon lo que hoy conocemos como el árbol de navidad. Durante el transcurso de los años fue evolucionando esa tradición al colocar esferas y los focos que representan la alegría y la luz que Jesucristo. Las esferas actualmente simbolizan las oraciones que se hace durante el periodo de Adviento.
Las esferas azules son oraciones de arrepentimiento, las plateadas de agradecimiento, las doradas de alabanza y las rojas de petición. Se acostumbra poner una estrella en la punta del pino que representa la fe que debe guiar nuestras vidas. También se suelen poner adornos de diversas figuras en el árbol de navidad que representan las buenas acciones y sacrificios, los “regalos” que le daremos a Jesús en la Navidad. “Que la estrella de Belén te ilumine en esta Navidad y que cada día del Nuevo año la bendición del Señor te guarde a ti y a tus familiares”.
Por: Sergio Arellano Rabiela