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Hace varios años durante una conferencia sobre materiales dentales, el ponente, un destacado experto, mencionó que “no podemos decir que la Odontología ha evolucionado mientras no se invente algo mejor que el oxido de zinc y eugenol, la pieza de mano y la amalgama de plata”. Simplemente estaba atacando los tres pilares donde se sustenta … Leer más

6 de febrero 2016

Hace varios años durante una conferencia sobre materiales dentales, el ponente, un destacado experto, mencionó que “no podemos decir que la Odontología ha evolucionado mientras no se invente algo mejor que el oxido de zinc y eugenol, la pieza de mano y la amalgama de plata”. Simplemente estaba atacando los tres pilares donde se sustenta la práctica odontológica en todo el mundo. Sin embargo el zoe, la pieza de mano y la amalgama ahí siguen.

¿Por qué no se hace suficiente investigación en Odontología? Tal vez porque es más fácil estar cómodo en el refugio que salir a conquistar la montaña y seguir impávidos viendo como millones de niños y adultos siguen siendo atacados por las enfermedades bucales encabezadas por la caries, atestiguando las campañas de prevención que no son suficientes y lo que es más triste mutilando las bocas de gran cantidad de gente que por ignorancia o por negligencia no se atiende a tiempo.

La investigación y desarrollo de nuevos materiales dentales corre casi siempre a cargo de las compañías fabricantes de estos, por tanto si ellos consideran que un material puede seguir rindiendo dividendos no buscan algo mejor o solo lo modifican como ha pasado con la amalgama, también hay quienes nos presentan en sus campañas de publicidad fotografías amañadas de cortes histológicos para justificar la venta de sus productos. Las universidades han desempeñado un papel importante en la investigación clínica y de prueba de los materiales, pero no se ha hecho lo mismo en cuanto al desarrollo de nuevos materiales, tal vez por falta de apoyo, tal vez por falta de interés.

La Odontología no evolucionará mientras no se diseñen materiales para ser usados de manera preventiva donde se ataque a la caries dental antes de que se presente, pero que además sea de uso sencillo y con un costo adecuado para la situación económica de nuestro país y de esta manera puedan ser usados masivamente resultando en una disminución real del nivel de caries porque siempre es mejor evitar la enfermedad que curarla.

Ante esta problemática se requieren materiales dentales con las siguientes propiedades: resistentes a la masticación, resistentes al ataque ácido de los alimentos y de las bacterias, resistentes a la tinción por alimentos y bebidas, que sus componentes sean de probada biotolerabilidad, económicos, fáciles de aplicar. Esta es pues una necesidad impreriosa ante la apremiante necesidad de implementar medidas que refuercen las campañas de fluoración, tanto sistémica como tópica, las cuales por más que se realizan dos veces por año no han logrado abatir los índices de caries y México sigue catalogado por la Organización Mundial de la Salud como un país de alto índice en piezas cariadas, obturadas y perdidas (COP). La caries dental es un problema de salud pública que ataca a 95 por ciento de la población en algún momento de su vida, provocando la pérdida de millones de horas hombre por ausentismo laboral así como el gasto de miles de millones de dólares en reponerlas, además de la restauración de un gran porcentaje de los casos y la mutilación del resto.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la caries se define como un proceso patológico localizado, de origen bacteriano, que se inicia tras la erupción y que determina la desmineralización del tejido duro del diente y finalmente su cavitación. El esmalte de los dientes es un tejido mineralizado formado casi en su totalidad por material inorgánico (95%) (3), en su mayoría cristales de hidroxiapatita los cuales están unidos por proteínas y agrupados en columnas. En los prismas se distinguen dos regiones: la cabeza y la cola. El diámetro de la cabeza es de 5mm; la longitud de cabeza a cola es de 9mm.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) nuestro país se encuentra en el rango de índice de caries severo. En un estudio realizado entre infantes escolares del Distrito Federal en México para presentar las estimaciones de prevalencia y severidad de caries dental con una muestra de 4 mil 475 niños de 5 a 12 años, la prevalencia es de 90.5 por ciento, “lo que confirma la necesidad de desarrollar programas preventivos de amplia cobertura y bajo costo”.

Si embargo lo que se usa en estos programas se centra solo en el uso de agentes fluorantes ya sea en la sal de mesa, ya en el agua o en las aplicaciones directas por medio de enjuagues o gel de fluoruro y en menor cantidad la aplicación de selladores de fosetas y fisuras. La caries dental es una enfermedad de origen multifactorial; Keyes presentó de modo gráfico los tres factores principales necesarios para su desarrollo (microorganismos, substrato y huésped), a los que Newbrun agregó un cuarto factor: el tiempo, para expresar la necesidad de la persistencia de la agresión de los factores en la producción de caries.

La destrucción del tejido dentario se lleva a cabo en dos fases. En la primera, la materia inorgánica formada principalmente por calcio y fosfatos en forma de hidroxiapatita, sufre un proceso de descalcificación al ser atacada por los ácidos orgánicos resultantes del metabolismo de los microorganismos sobre los hidratos de carbono de la dieta. En la segunda fase, se destruye la matriz orgánica (proteínas) por medios enzimáticos o mecánicos. Los factores que determinan una distinta susceptibilidad ante la cariogénesis son básicamente:

– Composición del esmalte dental.

Presencia de hendiduras y fisuras en su superficie.

– Saliva.

Respecto a la saliva, su acción protectora reside en la capacidad amortiguadora, que contribuye a minimizar los cambios de pH ácido de la placa, y en la acción mecánica que ejerce el flujo salival. Hay varios factores antibacterianos en la saliva (lisozima, lactoperoxidasa e inmunoglobulinas), aunque no está claro hasta qué punto contribuyen a la acción preventiva de la caries.

Las situaciones que conducen a la xerostomía (sueño, respiración bucal, antihistamínicos) favorecen, por tanto, la caries. Esto implica, desde la perspectiva de la Ciencia de los Materiales, que los materiales para Odontología deben, necesariamente, ser el resultado de un esfuerzo transdisciplinario, pues el ofertar nuevos materiales con propiedades mecánicas excelentes, pero sin tomar en cuenta los aspectos bioquímicos y biomédicos, conducen a la situación actual que hemos descrito.

Los autores de este artículo son el Dr. Agustín de la Isla y Victor M. Castaño. Cualquier comentario sobre esta columna, favor de dirigirlo a Víctor Castaño ([email protected])

Por:Agustín de la Isla y Victor M. Castaño

 

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