La elaboración del texto constitucional consumió aproximadamente dos meses, en los que se partió de la propuesta original de Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y orgulloso portador de una barba a lo Boulanger. En cuanto a grupos políticos, podemos contar dos, ya que si bien se asumían todos como constitucionalistas (por virtud de la convocatoria al Congreso estaban excluidos huertistas, zapatistas, villistas, y todo “ista” diverso a los seguidores del Prócer de Cuatro Ciénegas) existieron los moderados, diríamos hoy la postura oficial; y los radicales, en buena medida agrupados con Álvaro Obregón, aquel de quien la conseja popular afirma que exclamó: “el único pecado de don Porfirio fue envejecer”.