Hace unos días, asistiendo a los oficios religiosos propios del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe aquí en San Juan del Río, veía la gran devoción de los feligreses hacia una pequeña imagen de Cristo muerto y que se encuentra en una pequeña urna de madera y cristal; esta imagen es denominada del ‘Señor del Santo Entierro’. Desde hace años, tenía la inquietud de investigar un poco más sobre la referida imagen, sobre todo desde que supe que tiene una historia de más de 300 años en la ciudad, pero sobre todo en los barrios de la misma.
Pude contactar vía las redes sociales al Licenciado Roberto Jiménez, quien amablemente me comentó uno de los ‘ritos’ que se realizaron este sábado en la ciudad, que era la entrega de la imagen de un barrio a otro, en este caso del barrio de San Juan al barrio de San Isidro, por lo que me dispuse a ver esta ceremonia que pasa desapercibida por completo para los habitantes del centro de San Juan del Río.
Mi primera impresión fue la unión de varios elementos, sobretodo de elementos indígenas, como el utilizar flores, banderas de colores y el quemar incienso o copal, y hacer una serie de simbolismos que son propios de las culturas indígenas, como por ejemplo arrodillarse y dirigirse a los cuatro puntos cardinales.
Entre todo lo anteriormente narrado, sobresale la devoción a la pequeña imagen de Cristo muerto, el Señor del Santo Entierro, que es una pequeñísima imagen probablemente elaborada de caña de maíz y que se conserva en una bella urna de madera, la cual se dice que tiene más de 300 años, y lo cierto es que una campana de aviso que acompaña la imagen trae grabada la fecha de ‘marzo de 1689’, y de ahí el comentario de la antigüedad de la imagen y del culto correspondiente.
Se dice inclusive que dentro de la imagen se conserva una astilla de la Cruz de Cristo; es decir que la imagen sirve de relicario para la conservación de esta reliquia, que de ser así se sumaría a las demás que se encuentran esparcidas por el mundo entero. Hace algún tiempo, se decía también lo mismo de una reliquia de una astilla de la Cruz de Cristo en el Templo del Sacromonte, pero que fue retirada del culto porque no se tenía certeza de que fuera original. Probablemente sea la que se encuentre en el Monasterio de Nuestra Señora de los Dolores, ‘El Beaterio’, y que custodian las religiosas de ese lugar.
Me llamó la atención en este cambio de lugar del ‘Santo Entierro’ todas las tradiciones que giran en torno a esta imagen, desde la procesión para entregarlo, las ofrendas, el uso del copal, las flores y las banderas, hasta la celebración religiosa que se tiene que realizar en donde ocupan los lugares principales los socios de esta la asociación de Santo Entierro, mismos que pertenecen a los barrios que históricamente ha tenido San Juan del Río.
Algunos otros comentarios que me hicieron sobre esta tradición es la existencia de ‘compadres’ a fin de que se cuide la imagen en todos los lugares que visita. Una parte importantes es la comida, que consiste en hacer mole, con arroz y frijoles y dar de tomar pulque, aunque este último se ha limitado considerablemente. Este tipo de comida es la que se tiene que dar en todos los barrios y no puede variar, así como comer tortillas elaboradas a mano y de preferencia de colores. Algo que viene desde las costumbres de nuestros mayores en relación al culto del maíz.
Y sobre la imagen existe miles de milagros, miles de agradecimientos y sobretodo una fe muy arraigada en el pueblo sencillo de San Juan del Río, solamente, el día de ayer, me comentaron que una señora, que desde que salió la imagen del Templo Parroquial, no se despegó de ella e incluso pidió que la dejaran cargar un momento las andas, y esto se debía a que ella estaba muy agradecida por un milagro de la curación de su hijo que había tenido cáncer. Así es la fe.
Esto que he narrado es parte de las tradiciones de San Juan del Río y que se ven, año tras año, en la época de cuaresma y que dan identidad a un pueblo. Esperamos que los responsables de cultura les den más énfasis a esta devoción de un pueblo, que a pesar de tantos años sigue manteniéndolas y trasmitiéndolas a las futuras generaciones.