A PaDuPa, mi nieta
Nota: #VivasNosQueremos fue el lema enarbolado por miles de mujeres que marcharon el pasado domingo contra la violencia de género y cualquiera de las manifestaciones que dañan su integridad. Aliéntala solidaridad colectiva que, sin distinción de clase, oficio o ideologías, acompañó a las voces de protesta. Enoja, el incremento de mujeres víctimas por violencia de género; la complicidad de autoridades públicas y privadas; el silencio de gran parte de la sociedad ante este flagelo. ¡Basta ya!
Pertenezco a una generación en la que el amor por México y el respeto a sus símbolos, eran valores inculcados desde el hogar y la escuela. El espíritu cívico era parte de nuestro adn, ahora difícil de detectar. Punto de inflexión para entender, en parte, la visión del mexicano por su patria, de la que habla sin pudor, adentro y afuera, a la que le exige todo sin dar mucho a cambio, como la responsabilidad ciudadana y democrática necesaria para desterrar lo que tanto daña: la corrupción y la impunidad.
Recibí la carta de una joven mexicana en el exterior, a quien pidieron elegir un tema que la apasionara, que le permitiera expresar sus emociones ante sus compañeros. Carta de una joven mexicana, por @pespinosat
“Estoy tan orgullosa y enamorada de mi país que voy a hacer todo lo posible para que otros puedan verlo a través de mis ojos. Por desgracia, la situación política actual, debido a la corrupción y al tráfico de drogas, ha dañado la imagen de México a nivel internacional. Cada vez más, lo asocian con asaltos, secuestros, violencia. Es cierto que tenemos muchos problemas, pero también muchas fortalezas. Hoy quiero hablar sobre la belleza de mi país y de su gente.
Somos extremadamente patrióticos. Tenemos un gran aprecio a nuestro himno nacional y a nuestra bandera. ¿Usted ha visto un mexicano cantando el himno en un evento internacional?, se nota el orgullo en su cara pintada tricolor con lágrimas en los ojos. Podemos quejarnos de la situación económica o criticar al gobierno pero cuando un extraño se atreve a hablar mal de México, lo tomamos tan personal como si estuviera hablando de nuestra propia madre.
Nos solidarizamos, sea cual sea la situación, si se necesita ayuda ahí están los mexicanos, especialmente, cuando hay un desastre natural tenemos la capacidad de cooperar hasta el límite.
Los valores familiares son parte de la cultura mexicana; la familia es primero, segundo y tercero. La colocamos por encima de todo. Estamos educados con valores; somos generosos, compartimos lo que tenemos y, felices a pesar de la circunstancia.
Somos los mejores anfitriones del mundo. Un mexicano se asegura de hacer sentir al otro como en su casa. Somos agradecidos por naturaleza, tendemos a decir gracias muchas veces y siempre apreciamos lo que otros hacen por nosotros
Tenemos espíritu festivo y alegre, incluso ante las cosas más graves, tristes o vergonzosas. En creatividad, los mexicanos somos únicos, nada escapa al humor sarcástico, hasta en los funerales se bromea al difunto. Es nuestra forma de socialización.
En cualquiera parte de México, encuentras colores brillantes, mariachis, globos, comida, flores, dulces, artesanías. La calle da la bienvenida a la fiesta, con la gente bailando, con sus trajes hechos a mano, celebrando las tradiciones de una cultura milenaria y única.
Podría seguir hablando horas de mi increíble País y aun así, no sería suficiente para que capten lo que grandioso que realmente es. No pierdas la oportunidad de ir a México y conocerlo, ¡lo amarás!”
Como adultos debemos reflexionar sobre el México que les heredamos a estas jóvenes generaciones que han crecido en medio de crisis, devaluaciones, inseguridad, corrupción; que prefieren sumergirse en la web que leer o escuchar noticias; que necesitan salir de su País para dejar de hablar “mal de México”. ¡Tenemos una gran deuda pendiente con ellas!
Por: Patricia Espinosa Torres