La fiesta combinaba la fe en la Eucaristía y el bullicio popular. La fe en las solemnes procesiones que hacían en las grandes ciudades, donde el Santísimo Sacramento salía a las calles, las cuales se engalanaban con pendones, cuadros, plantas, toldos, música y todo aquello que significaba festejo para la ciudad, era un momento de gran hermosura en las ciudades. El bullicio popular se manifestaba en las grandes ferias que se hacían alrededor del festejo religioso, pero sobretodo la visita de muchas personas que vivían en las haciendas y en las pequeñas comunidades que iban a las grandes ciudades, y que hacían un gran momento de visita y de comercio. Una de las grandes tradiciones que aún se conservan en el día de Corpus es felicitar a las personas diciendo que es el día de las mulas, y esto se hacía referencia por la gran cantidad de mulitas que la gente traía como medio de transporte o como medio de carga de mercancías para ese día. Hoy en día, se regalan en algunos lugares mulitas hechas de hojas de maíz.