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El fenómeno de la migración no es un asunto nuevo y no hay país que se libre de ella. Sin embargo, en México son escasos los estudios que abordan su dinámica psicológica y consecuencias en el migrante y en sus familias. Se supone que la migración debiera seguir objetivos como el mejorar las condiciones de … Leer más

30 de junio 2016

El fenómeno de la migración no es un asunto nuevo y no hay país que se libre de ella. Sin embargo, en México son escasos los estudios que abordan su dinámica psicológica y consecuencias en el migrante y en sus familias. Se supone que la migración debiera seguir objetivos como el mejorar las condiciones de vida de las familias, fortalecer las generaciones y obtener un impacto laboral y transcultural que beneficie a los pueblos involucrados pero la realidad nos dice otra cosa. Nuestro Estado, sujeto a las variaciones económicas y políticas nacionales desde hace décadas, ha modificado los intereses de la población, llevándoles a plantear estrategias de supervivencia y adecuar sus modos de vida cotidiana. Los estudios sobre la migración en Querétaro han sido documentados por varios investigadores, coincidiendo que los migrantes de los municipios queretanos (norte y sur) han tenido una movilidad de más de medio siglo, con ajustes culturales y generacionales que hoy los hace sugeneris. Es muy probable que en muchas familias de la sierra queretana, existan integrantes con nacionalidad americana y otros sean “mojados” o “ilegales” con estadía temporal en sus familias. Los migrantes actuales, con intereses de acumulación de bienes y de recursos económicos, procuran no regresar o, si bien les va, hacerlo en situaciones de enfermedad grave de alguno de los padres o en fechas especiales como la Navidad.

Las personas migrantes ya han elaborado una identidad de su personalidad, de sus pertenencias o dependencias, que inició en la conformación de su Yo, luego en su familia, después continúa con la familia extensa, su grupo social, los integrantes de la comunidad, de la región y, finalmente, por la influencia de sus connacionales, con la patria. El fenómeno de la migración afecta la identidad de las personas, quienes están en constantes cambios, elaborándolos, enriqueciéndolos e incorporando habilidades, vivencias y nuevos recursos para la adaptación. Entendemos por identidad, el conjunto de autorepresentaciones que permiten que el individuo se sienta, por una parte, como semejante y perteneciente a determinadas comunidades de personas y, por otra parte, diferente y no perteneciente a otras (Achotegui, 2002). Según Grinberg (1985), la identidad se adquiere en una combinación de tres elementos: lo espacial, lo temporal y lo grupal, y es siempre un proceso inacabado, una construcción constante.

Cuando ocurre una ruptura o desprendimiento de esos grupos básicos, se da inicio a un proceso de adaptación que es la reconstrucción de una nueva identidad (personal y social), afrontando las experiencias cotidianas pasadas y las exigencias del nuevo escenario. Las personas migrantes inician la ruptura con la idea de irse de su localidad, decidir la partida, organizar el viaje y, llegar a su destino.

Hoy en día no sólo los mexicanos se mantienen como migrantes hacia los Estados Unidos de Norteamérica y a Canadá, muchos centroamericanos han emprendido la búsqueda del sueño americano y se han sumado a las diversas rutas de viaje que reconocen. Puede ser un viaje sin retorno, pues de no pasarla mal pueden llegar hasta “desaparecer” o morir.

México se ha convertido en un país de origen y destino del fenómeno de la migración. La difícil situación del migrante es representada por los fracasos de sus metas y de un transitar accidentados, plagados de personas que trafican unas con otras, generando episodios de violencia e inseguridad.

En junio de 2011, se signó un convenio entre la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Querétaro (CEDHQ) y el Colegio Estatal de Psicólogos de Querétaro, A.C. (COEPSIQUE), con la finalidad de brindar el espacio adecuado de contención y escucha terapéutica, o aquel que sea necesario para las familias de migrantes “desaparecidos”. Se realizó un diagnóstico situacional y se propuso en crear un Centro de Atención Psicosocial a Migrantes. El proyecto no fue atendido por las autoridades legislativas y del gobierno estatal. ¿Será que hoy será una oportunidad más de mirar y atender a los migrantes en Querétaro?

Por: Juan Carlos García Ramos, Psicólogo Clínico

Profesional colegiado: www.coepsique.org   

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