Sin embargo, el naciente medio pronto empezó a tener detractores. Grupos como la Liga de la Decencia y algunas asociaciones de padres de familia ejercieron presión sobre el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines para que prohibiera la lucha libre, y los besos, en las pantallas chicas. Como resultado, el presidente ordenó en 1954 que dejaran de transmitirse las funciones de lucha libre, aduciendo que se trataba de un “deporte bárbaro” que iba en contra las buenas costumbres. Un año después (1955), surgiría Telesistema Mexicano, producto de la fusión de los canales, 2, 4 y 5.