La más obvia por supuesto es la que tiene que ver con las firmas. A nivel presidencial se requerirán aproximadamente 900 mil, desde un punto de vista estrictamente legal, pero más bien alrededor de un millón 400 mil, tomando en cuenta la merma inevitable que se padece en todo proceso de esta índole. Al mismo tiempo, todo parece indicar que el plazo de cuatro meses actualmente en vigor para juntarlas es más que insuficiente: casi contradice la disposición constitucional que permite las candidaturas independientes a la presidencia. De la misma manera el hecho, por ejemplo, que no se permita el uso de la FIEL para la firma, a pesar de que sí se permite para el pago de impuestos y para la obtención de la credencial del INE, es especialmente ridículo. En Puebla, los candidatos independientes en junio pasado, y principalmente Ana Teresa Aranda, insistieron mucho en este punto más no han podido avanzar demasiado por la vía jurídica.