Ahora que se acerca el día de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos, vienen a la memoria de nosotros todos aquellos seres queridos que nos han abandonado en este mundo; nuestros familiares, nuestros amigos, nuestros conocidos, aquellos hombres y mujeres que han estado a lo largo de la vida de cada uno de nosotros y que su partida ha marcado un momento en la historia personal de nuestra vida. Recordar el sentido de nuestra vida y recordar lo que han hecho con y por nosotros nuestros difuntos es parte esencial de estos días.
Venía también a mi memoria recordar a todos aquellos que sin ser familiares o conocidos han hecho algo por nuestra sociedad y escuché la idea que se tiene por parte de las autoridades de Cultura de nuestro municipio de editar un libro con personajes ilustres de San Juan del Río, pero ¿en dónde quedaron los restos de todas aquellas mujeres y de todos aquellos hombres que con su esfuerzo han hecho de nuestro San Juan del Río o de nuestro Estado un mejor lugar para todos?, ¿Dónde se perpetua la memoria de muchos personajes que han tenido la estima de los sanjuanenses y de los queretanos, e incluso de la nación?
A veces solo recordamos a los personajes por lo que leemos, por lo que nos cuentan o por lo que han realizado, pero casi nunca sabemos en qué lugar quedaron sus restos mortales físicamente, y considero que necesariamente para que no quede en el olvido su obra, no se debe de quedar en el olvido dónde se encuentran sus restos.
Esto no es nuevo, todas las grandes culturas y la sociedad actual ha realizado monumentos para recordar a sus héroes o personas que han tenido una gran importancia para sus países o para sus ciudades; y así por ejemplo tenemos los grandes sepulcros de los santos del cristianismo que incluso son lugares de peregrinaje como el caso de la Basílica de San Pedro en Roma, donde se encuentran los restos del primero de los apóstoles o el caso de Santiago de Compostela en España, donde se venera al santo apóstol que da nombre a la ciudad, o que decir de la tumba o más bien del altar donde esta Juan Pablo II en el Vaticano, o las tumbas de políticos y líderes como Lenin en la Plaza Roja de Moscú, o los restos de Newton en Londres o los de Kennedy en la capital de los Estados Unidos de América, o en el caso de México la visita obligada en la Ciudad de México al Monumento de la Independencia donde se encuentran los restos de los principales héroes de la Independencia de nuestra Patria, desde Hidalgo hasta Morelos, aunque los restos del consumador Iturbide siguen en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México en la capilla dedicada al primer Santo Mexicano, San Felipe de Jesús.
En el caso de nuestro Estado tenemos el Panteón de los Queretanos Ilustres donde podemos honrar los restos de Doña Josefa Ortiz de Domínguez, o la de su esposo Miguel Domínguez, quien era el Corregidor de Querétaro al inicio de la lucha armada. También se encuentran en ese lugar los héroes queretanos de la Independencia Epigmenio y Emeterio González.
Sin embargo, los sanjuanenses no contamos con un lugar digno donde honrar a nuestros personajes, que dicho sea de paso, se debe de hacer una seria investigación con profesionistas en la materia, es decir, con verdaderos investigadores, con historiadores y sobre todo con sanjuanenses para designar a quien debe honrársele con el título de sanjuanense ilustre y posteriormente buscar el espacio adecuado para que sus restos descansen en un lugar digno y que sea el homenaje perpetuo de San Juan del Río a sus hombres y mujeres que han trabajado por el desarrollo de esta ciudad y de su municipio.
Solo como curiosidad, muchos restos de los que llamamos sanjuanenses ilustres se encuentran en la capital del Estado, como es el caso de la concertista Esperanza Cabrera o del Monseñor Salvador Septién, algunos otros se encuentran en la capital de la República como es el caso de la Madre Elisa Margarita Berruecos que se encuentra en la Antigua Basílica de Guadalupe o el caso de don Agustín Ruiz Olloqui que se encuentra enterrado en la Parroquia de San Juan Bautista, siendo uno de los pocos hombres que tiene este privilegio de encontrarse en la nave del referido templo. Ojalá se pueda llevar a la práctica la iniciativa que propongo y así perdurar la memoria de todos aquellos que son ejemplo para las actuales generaciones.