Mi padre tiene más de 50 años dedicándose al ramo de la farmacia. Me pasé mi infancia y, parte de la adolescencia, entre medicamentos y fórmulas.
Todas las culturas han tenido la inquietud de curar a las personas. Los sumerios, los egipcios, griegos y romanos se dedicaron a buscar remedios. Los griegos tenían un dios exclusivo que preparaba medicamentos: Asclepio; para los romanos, fue Esculapio. Entonces, las cuestiones médicas estaban desvinculadas de creencias mágicas.
Nuestras culturas mesoamericanas realizaron grandes estudios sobre cómo crear las medicinas necesarias para conservar la salud.
En la Nueva España se instalaron las primeras boticas con especialistas, certificados por las autoridades virreinales para ejercer dicha profesión. En el México independiente, la profesión de “boticario” era una carrera y el título se obtenía solamente en las universidades.
En el caso de San Juan del Río, los antecedentes de las boticas y de las farmacias son las enfermerías de los conventos: el de San Juan de Dios y el de Santo Domingo. El primero, desde sus orígenes, fue un hospital que atendía a los habitantes de la ciudad y a transeúntes del Camino Real de Tierra Adentro. Fundado por los hermanos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, fue un verdadero centro de salud. Siguió funcionando tras la nacionalización de los bienes de la iglesia con Juárez.
Santo Domingo fue un hospicio que atendía a los misioneros dominicos que iban a la Sierra Gorda Queretana a evangelizar.
Se cuenta que cuando el Presidente Juárez huía de la Ciudad de México por la Intervención Francesa, al pasar por nuestra ciudad, estando herido, las hermanas del beaterio le enviaron hiervas medicinales; por eso se protegió el beaterio de las Leyes de Reforma.
Botica es un término francés que significa bodega. En San Juan del Río, se desarrollaron algunas de gran fama: la “Botica de Jesús”, fundada en 1946, que alcanzó auge en los años 70. Se recuerdan otras, como la “Cruz Blanca”, la “Botica de Regina” o la “Farmacia la Perla”, la primera que se instaló en esta ciudad perteneciente a una cadena empresarial.
Muchos medicamentos se realizan con fórmulas magistrales, y qué decir de los famosos “espíritus”, clásicos en la región.