Del Monasterio…
Fray Buenaventura
–¡Eureka!, ¡eureka!, lo encontré, hermanos –gritaba el hermano Lucas a quienes en la biblioteca preparaban sus labores de enseñanza para la comunidad.
–¿Qué encontraste? ¿Porqué tanta algarabía? –preguntó el hermano Gregorio.
–Contra toda esperanza, hermanos –continuó el hermano Lucas–, encontré un diputado local que conviene conocer.
–No seas exagerado, seguramente habrá muchos más –atajó el hermano Prudencio.
–No, no hay muchos más. Sí hay algunos pocos que se salven, poquitos, pero la gran mayoría de los diputados locales no tienen ni idea de lo que hacen ni dónde andan. Recuerden el numerito que hicieron durante su pasado informe. Unos ni siquiera sabían leer…
–Bueno, eso no es ninguna novedad –apuntó el hermano Silvestre.
–Otros no disimulan su ignorancia –agregó fray Justino.
–Eso tampoco es noticia –intervenido el novicio Gis.
–Hay quienes llegaron ahí por sus padrinos, no tienen luz propia y nunca han destacado por sí mismos.
–También es conocido –sostuvo el hermano Natalio.
–Pero ya dinos de quién se trata –apuró el campanero que se había colado a plática.
–Pues de Eric Salas, quien es la excepción de los diputados, es de los muy pocos que la libran y algo más: es un diputado de excepción.
–¡Ah caray! –exclamó el hermano Profundo, quien pareció regresar de su letargo.
–Este diputado tiene una gran calidad humana, es sencillo y trabajador, además de que sí recorre su distrito, no como otros que piden el voto y nunca los vuelven a ver. Y algo más, me comentaron varios vecinos que realiza gestiones para ayudar a la gente, promueve el deporte, denuncia la inseguridad y las pandillas, y es de los pocos que proponen cosas sensatas…
–¿Sensatas? –interrogó el hermano Descalzo.
–Sí, por ejemplo, propuso la reducción de salarios de los diputados, a pesar de ciertos miserables, y acaba de proponer que todos los ayuntamientos apoyen a sus policías para que puedan tener una vivienda digna, y también para que haya mayor infraestructura para peatones, adultos mayores y ciclistas.
–¿Y no es rata, como otros? –cuestionó el hermano Prosaico.
–No, por supuesto que no, eso también es parte de la excepción, aunque no lo único –concluyó el hermano Lucas.