Raúl D. Lorea Salinas
@ArqLorea
Arquitecto con 13 años de experiencia. Miembro del Consejo Temático Municipal de Urbanismo y Movilidad de Querétaro. Ha participado en la administración pública y privada en el área de obras. Es docente de la UNIVA.
Llegaron las fiestas patrias y con ello comienza la sucesión de festejos que tanto anhelamos algunos y tanto critican otros. Por un lado, se conmemora el nacimiento del movimiento que dio origen a nuestra independencia nacional, pero por otro, localmente celebramos las fiestas del templo de la Cruz.
Para los automovilistas resulta de lo más molesto llegar al Centro Histórico y encontrar tráfico, mucha gente y, en general, un caos extendido por el resto de la zona urbana aledaña.
Por estos festejos masivos y familiares, algunas calles se cierran y las pocas vialidades que quedan se saturan de automóviles y visitantes.
Me permito traer este tema aquí para la reflexión: estos eventos son para disfrutarse a pie, con lo que damos un punto más a favor de la peatonalidad y se contribuye a conservar nuestras tradiciones.
Durante años ha existido el debate sobre la peatonalización del centro, todo a base de rumores, pero hay quienes definitivamente dicen ‘no’ y hay quienes estarían dispuestos a experimentarlo. Lo cierto es que peatonalizar el Centro Histórico no es tan grave como se cree, más bien se trata de trabajar y analizar seriamente qué acciones tomar para poder recorrerlo a pie o en bicicleta sin correr riesgos. Lo invito este fin de semana a recorrer la calle Francisco I. Madero, y a recorrer la calle José María Arteaga, a pie, solo para analizar dónde se vive mejor la ciudad.
Vivir la ciudad no es solo recorrer sus vías rápidas, visitar sus museos, restaurantes, bares… también se recorre a pie, y nuestro primer cuadro resulta ser un atractivo turístico sin igual que se disfruta mejor caminando. Es por ello que los expertos consideran la opción de fomentar la peatonalidad, paso que poco a poco se ha ido logrando con algunas obras y promoción de la cultura vial como el ‘uno a uno’.
El ritmo de vida actual no nos permite apreciar la belleza urbana. Caminando hay mayores posibilidades de apreciar aromas, colores, texturas, personas, arte y todo aquello que da esencia a nuestra ciudad, que próximamente celebrará el inicio de nuestra independencia. Más allá de las posturas ideológicas al respecto, me permito decir con orgullo ¡que viva México!