Liz Durán
@LizDuruiz
Arquitecta con 25 años de experiencia dentro del sector privado, y en diseño de interiores y muebles. Ciudadana interesada en restauración de sitios y monumentos históricos.Miembro del Consejo Temático Municipal de Urbanismo y Movilidad.
Matemáticamente todo problema por complicado que parezca se comienza planteando los datos y variables; para emprender procedimientos, y algún día comenzar a obtener resultados.
Recordaremos tristemente este 19 de septiembre, por las vidas perdidas y desesperanzadas, en donde no ayudó el espacio reducido entre los edificios para maniobrar, las escasas áreas verdes y parques para amortiguar el dolor del alma, la dificultad en la llegada de las unidades de emergencia, aun cuando se ha dado preferencia a los autos en las ciudades. Por el contrario, la solidaridad de las personas formando la ciudad.
Toda planeación urbana debería aportar elementos naturales y artificiales, los cuales forman la llamada imagen urbana, y debieran garantizar una mejoría o bienestar social. Dentro de esta mejora se plantea que la imagen urbana no solo sea funcional, o estética, tampoco solo para el presente, sino también para el futuro.
Es por eso que, ante contingencias, hay ciudades que pueden tener el control oportuno y otras que batallan por elementos que se convierten en obstáculos. Analizando los terremotos en CDMX, si se controlara una planeación más inteligente y bondadosa al ser humano en las ciudades cuando estas colapsan, sería más fácil restablecerse mentalmente desde un principio, si entre los edificios o zonas se tuvieran espacios verdes donde pudieran quedarse a pensar, donde se amortiguara el polvo de los derrumbes, la existencia de espacio para maniobrar rescates, zonas peatonales óptimas, donde se sientan seguros y tranquilos para ir en busca de descanso y provisiones, ni qué decir de ciclovías completas, en donde las bicis contribuyeran al abastecimiento de víveres, o donde no existieran obstáculos como plumas y anuncios espectaculares, que facilitaran el rescate de personas debajo de los escombros. Esa forma de ordenar la ciudad se le da el nombre de ciudad resiliente, que ante un desastre se adapta a una situación adversa.
Querétaro, como toda ciudad, no está exento en desastres, sabemos que la naturaleza no avisa, siempre existirán esos eventos, es por eso que deberá detectar sus propios riesgos, observando e implementado políticas públicas urbanas, leyes y reglamentos, de forma más certera, donde la ciudad sea más amable con sus habitantes ante catástrofes.