Francisco Pájaro Anaya
@fcopajaro
Expresidente de la Canaco en San Juan del Río, catedrático de la Universidad Mesoamericana y presidente del Patronato del Centro Histórico de San Juan del Río.
El pasado día martes 26 de septiembre, nuestra ciudad y municipio vivieron uno de los momentos más complicados de su historia por el crecimiento del caudal del Río San Juan, que normalmente no tiene una corriente tan caudalosa por la existencia de varias presas, entre ellas la “Constitución de 1917”, que es, por cierto, una de las más grandes del centro del país.
No es mi intención buscar culpables de lo que pasó ni antecedentes de algunas situaciones que ahora se han manejado. Es momento de ayudar a las personas que han caído en desgracia y buscar la forma de que salgan adelante. Que lo poco o lo mucho que se tenía pueda ser recuperado con el apoyo y la solidaridad de los sanjuanenses y de los queretanos.
Tuve la oportunidad de estar en el fraccionamiento “La Rueda”, donde muchas casas y familiares resultaron afectadas. Con un verdadero equipo formado por varios compañeros de trabajo, nos abocamos a ayudar a limpiar y a sacar las cosas que estaban completamente mojadas, muchas de ellas directo a la basura. El nivel del agua superó el metro y medio.
En ese fraccionamiento viví historias que hacen reflexionar sobre ayudar y estar al pendiente de quien necesita algo. Historias tan dramáticas como el caso de un matrimonio con cinco hijos, el menor de brazos todavía, que perdieron todo, incluso una de sus mascotas.
Es a partir de estas vivencias que por este medio los invito a ser solidarios. No solamente en este momento llevando comida o ropa, como muchos lo han hecho y que es muy necesario; también, en la medida de las posibilidades, ver la manera en que, junto con las autoridades, apoyemos a estas familias a salir adelante. San Juan del Río lo requiere, son sanjuanenses ellos y son nuestros hermanos.
Antes de concluir esta colaboración, quiero agradecer a las autoridades municipales y del estado, a los organismos de emergencia, a las industrias, a las escuelas, a las universidades, a las amas de casa y a todos aquellos que, de una u otra manera, han ayudado. Es muy satisfactorio ver cómo cientos de manos se han unido para ayudar a los sanjuanenses. Seguro estoy que San Juan del Río volverá a ser el mismo y que juntos buscaremos su estabilidad y su progreso.