Resulta importante tener presente que la movilidad es un Derecho Humano contemplado en el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
Raúl Lorea
El 31 de octubre de 2019, la asociación Greenpeace presentó un documento denominado “Manifiesto de la Revolución Urbana”, en la ciudad de Puebla, México.
Dicho documento incluye 9 puntos que proponen cambios importantes en el entorno urbano, que, como ya se ha mencionado en repetidas ocasiones, prioriza a quienes tienen automóvil y segrega a quienes tienen cualquier otra forma de movilidad.
La democratización del espacio público, y en particular de las vialidades, nos invita a impulsar proyectos que acerquen cada una de nuestras vías a la recién conocida idea de “calles completas”.
Ese concepto, al menos en Querétaro, se manejó desde la autoridad municipal a partir de la administración 2015–2018, con proyectos que buscaban permitir la convivencia de peatones, ciclistas, automóviles y transporte público.
Resulta importante tener presente que la movilidad es un Derecho Humano contemplado en el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por lo que resulta obligación de todo Estado o Gobierno, garantizarlo.
Es así como cada persona puede elegir libremente su forma de movilidad urbana. La falta de garantías para ejercer este derecho, afecta directamente a la calidad de vida e incluso ocasiona un impacto negativo en las áreas donde no es seguro ejercer cualquier tipo de movilidad.
Según Greenpeace, en México “se ha priorizado el uso del automóvil y se ha hecho denigrante el viaje en transporte público”, la prueba está en los presupuestos de cualquier ciudad, comparando los rubros que se destinan a vialidades (conservación, ampliación, modernización o construcción) y a movilidad activa (ciclismo y peatonalidad).
El entorno de la zona metropolitana de Querétaro poco ha cambiado en favor de la movilidad activa, si bien se ha trabajado en estructurar el transporte público, se ha dejado a un lado la mejora de banquetas y la ampliación de la red ciclista. En el entorno pandémico, muchas ciudades del mundo adoptaron al ciclismo como una alternativa emergente al transporte público disminuyendo las posibilidades de contagio entre ciudadanos.
¿Qué tan dispuesto(a) se siente usted, amable lector(a), para cambiar o aceptar el cambio en favor de peatones y ciclistas?