Hugo Lora
75 de los 193 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) son democracias y observando el desarrollo de esta forma de gobierno desde Grecia en el siglo VII a.C. hasta la actualidad su auge se dio al término de la Primera Guerra Mundial, después de la caída de varias monarquías europeas y de dictaduras militares; el sufragio universal (con el reconocimiento del derecho a votar a las mujeres); y la independencia de varias nuevas naciones. Después de un poco más de 100 años de estos sucesos, la democracia no ha cambiado de manera sustancial, pero esto está por cambiar.
Durante estas próximas semanas hablaremos de uno de los temas más controversiales en la introducción de la tecnología a la democracia moderna, el voto electrónico. En sus inicios este comenzó cómo un híbrido entre el voto en papel y una “máquina” en la que los ciudadanos llenaban las boletas de manera manual y por medio de un lector óptico la máquina los contaba de manera electrónica, pero tuvo fuertes objeciones después de la elección en Estados Unidos del 2000 en la que Bush ganó los votos electorales de Florida después de un serio problema con estas máquinas. Avanzó la tecnología y se comenzó a dar el voto por internet, ya se ha utilizado públicamente en los Estados Unidos, Reino Unido, Irlanda, Suiza, Estonia. Este sin duda tiene ventajas claras: reduce casi completamente el costo de oportunidad de los ciudadanos salir, formarse y cumplir con su deber cívico; facilitan la distribución, recolección y recuento de las boletas; el costo tan grande de los procesos electorales será disminuido de manera importante; y se evitaría el doble voto. Pero las desventajas también son muy visibles: se generaría una mayor desconfianza en las autoridades electorales si no se transparenta el procedimiento; se podría vulnerar el sistema operativo; y en el caso de México, no existe legislación que la soporte. Pero actualmente, la introducción del “blockchain” será capaz de, con el tiempo, resolver dichas problemáticas.
La próxima semana hablaremos específicamente de cómo funciona este último sistema y cuáles son sus fortalezas/oportunidades. En los próximos 10 años veremos cambios verdaderamente importantes en el funcionamiento y acceso a la democracia.