Hugo Lora
Esta semana, durante cualquier año, es una de mucha reflexión y análisis. Por lo tanto, usaré mi última columna del año para poder hacer lo mismo. No podemos negar que ha sido un año muy peculiar, no porque ganó el Atlas, sino porque pudimos saborear una vida ‘normal’ nuevamente. Salir a las calles; reuniones con familiares y amigos; regresar al trabajo; ver algún concierto; o hasta poder practicar nuestro deporte favorito. No olvidemos que la llegada a este punto es únicamente resultado del esfuerzo que hemos hecho todos para adaptarnos a esta situación y será esta capacidad, la que nos ayudará a salir más fuertes. Pero la lucha todavía no termina.
Para poder seguir disfrutando de este tenue regreso a la normalidad, debemos de empezar este año nuevo con un apego importante a las medidas de sanidad y por normalidad no me refiero a quitarnos el cubrebocas; me refiero a un volumen de actividad y producción económica que regrese la tranquilidad a la mayoría de las familias queretanas. Son las acciones individuales, las que tienen un gran impacto colectivo, y lo podemos ver en una de las principales características de nuestra ciudad, su limpieza. Si todos tiráramos la basura en las calles, este logro habría sido imposible.
El seguir siendo primer lugar es responsabilidad de cada uno de nosotros, porque Querétaro es solo por sus queretanos.