Javier Sánchez López
El sobrepeso y la obesidad son un problema serio de salud pública en México. La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas posicionándose entre las principales causas de muerte y discapacidad en todo el mundo y se estima que, para el año 2030, el 60 por ciento de la población mundial podría tener alguna de estas condiciones, debido, en mayor medida, a estilos de vida poco saludables como el sedentarismo y una dieta inadecuada.
Si bien vivimos en un momento donde los estándares de belleza excluyen cuerpos con sobrepeso y obesidad, el problema que se plantea aquí no es de índole estético, sino de salud física y mental. Es bien sabido que el sobrepeso y la obesidad constituyen un riesgo para la diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, dislipidemia, infarto cerebral, apnea y otras muchas severas comorbilidades; pero ¿sabías que también se pueden ver afectadas nuestras funciones mentales? Así es, funciones como prestar atención, memorizar, aprender, tomar decisiones, etcétera, todas ellas necesarias para desenvolvernos en nuestra vida diaria, pueden verse afectadas por el sobrepeso y la obesidad. Los neurocientíficos, es decir aquellos estudiosos de las funciones del cerebro, dicen que las razones de los efectos negativos de la obesidad sobre nuestra mente se deben a un aumento del estrés oxidativo cerebral y la neuroinflamación, lo que puede producir la muerte de nuestras células cerebrales que son fundamentales para el funcionamiento de nuestra mente.
¿Cómo puedes prevenir o contrarrestar estos efectos negativos? Primero, saber si tienes sobre peso u obesidad, haciendo el cálculo de tu índice de masa corporal, que es una relación entre tu peso y talla: si es mayor/igual a 25 kg/m2 te encuentras en sobrepeso mientras que mayor a 30 kg/m2 es obesidad. Es muy recomendable que te acerques a tu centro de salud o médico de confianza para una adecuada evaluación. Segundo, adoptando estilos de vida más saludables que incluyan mayor actividad física y una dieta balanceada.
MT