La droga (se sabe) pasa; lo han denunciado y señalado no personas, sino gobiernos, como el de Estados Unidos a través de la DEA, e incluso el gobierno de China, con quien hubo un ridículo intercambio diplomático; otro negocio es el de la importación de mercancía electrónica china que se vende a precios irrisorios en grandísimas plazas comerciales del centro de la Ciudad de México y es distribuido a toda la República, sin factura ni NOM, aparatos que se descomponen rápido o no sirven, baratos, pero que son basura. ¿De quién es el negocio del contrabando? Metiendo a la milicia a estas actividades, en lugar de mejorar, ¿no se les terminó dañando? ¿Dónde quedó el dinero del fideicomiso de aduanas que desapareció en 2020? Lamentable es el incidente de la embajada de México en Ecuador, pero nosotros, a los ojos del mundo, no tenemos mucho que presumir. Somos campeones mundiales… en corrupción.