Enrique Álvarez
En esta columna (y en mi antiguo twitter, ahora X) señalé el ineficiente trabajo que realizó Mauro Gerk al frente de Club Querétaro en la temporada 2022-2023; y mencioné que, con base en sus resultados, debería ser destituido. A pesar de ser último lugar en la porcentual, la directiva le dio su voto de confianza y lo mantuvo al frente del equipo.
Hoy, un año después, y de nuevo con base en resultados, es vital señalar el atinado desempeño de Mauro al frente del equipo y lo importante que es su permanencia. Más allá del buen resultado obtenido en la temporada, la continuidad de Mauro debe de darse porque la institución encontró 2 elementos que tenía perdidos: (1) equilibrio deportivo, generando resultados por encima de su expectativa, y (2) identidad con la afición, que se perdió con tanta salida de jugadores que eran símbolos para la afición.
Ha quedado demostrado que el Club es fuerte, que soporta incluso un vendaval del tamaño del 5M. Señalo esto no solo desde la parte de comunión con el aficionado, sino con el patrocinador, ese factor tan importante que atinadamente supo contener Sergio López cuando parecía que las marcas querían desligarse del equipo después de los lamentables hechos mencionados. Por ello Grupo Caliente debe destinar más atención y más inversión al equipo. Asegurar un mejor contrato a sus ejes y darle unos dos “regalitos” a la afición con nuevas contrataciones de peso serían un gran aliciente para que todo el engranaje continúe caminando como en esta temporada.