Este tema, donde las audiencias prefieren contenidos frívolos y sin argumentos sobre producciones bien sustentadas no es exclusivo del deporte. Recuerdo un capítulo de la serie “The Crown” donde el director de la BBC quería cambiar su programación, y terminó haciéndolo en contra de los deseos de la reina de Inglaterra, logrando que el rating del canal tuviera un incremento exponencial, aun en contra de la misión del prestigiado canal.