Sin embargo, el verdadero desafío radica en nuestra incapacidad de comprender a aquellos que viven en un México diferente al nuestro. Nos cuesta empatizar con el desempleado, el que carece de atención médica, educación, o vive en condiciones adversas. Estamos ante un escenario complejo para las oposiciones. Lo que viene será difícil, pero no imposible. Aquellos que asumirán cargos tienen una enorme responsabilidad, y ahora más que nunca, necesitamos valientes.