Como sabemos, los juegos olímpicos ¡ya comenzaron!, y una vez más me volvieron a dar ganas de ir a París a recordar mis raíces. Hubiera sido maravilloso estar allá, coincidir con el gran evento de las competencias, ver en vivo a los mejores atletas del mundo, -quienes van con toda la ilusión de ganar medallas y verles levantar los brazos de la victoria en representación de su país-, demostrando así el resultado del enorme esfuerzo que conlleva participar en la mayor competencia deportiva. Por supuesto, también hubiéramos aprovechado para visitar les Champs Elysées, la tour Eiffel, l’arc de Triomphe, le Musée du Louvre y Cathédrale Notredam, junto con boire un bon vin y manger des baguettes. Una vuelta por París, pues.