En nuestra ciudad, uno de los edificios que más resalta, tanto por su arquitectura como por su significado, es el Templo Parroquial y exconvento de Santo Domingo, mismo que fuera fundado por religiosos de la Orden de Predicadores, conocidos popularmente como Dominicos, nombre derivado del fundador de la orden, santo Domingo de Guzmán.

Los primeros dominicos llegaron al Virreinato de la Nueva España en el año de 1526. El día 14 de mayo de 1686, el Rey Carlos II encomienda las misiones de la Sierra Gorda al padre fray Felipe Galindo, entonces provincial de la Provincia de Santiago de México de la Orden de Predicadores, tomando posesión de estas en el mes de diciembre de 1687. La mayor dificultad que experimentaron los misioneros fue no poder hablar directamente con los chichimecas por no conocer su lengua, no pudiendo realizar, de manera adecuada, su misión evangelizadora.

Para remediar esta necesidad, el padre Galindo, el día 3 de abril de 1688, solicita, a Su Majestad, una licencia para fundar algunos colegios donde se instruyera a los religiosos que iban a las misiones, pero fray Felipe Galindo no esperó la respuesta del rey y se dirigió al conde de Monclova, virrey de la Nueva España, pidiéndole la gracia de fundar los mencionados colegios, concediendo el permiso correspondiente y confirmado por el rey el día 18 de junio de 1689, disponiendo que se fundara un convento en San Juan del Río para religiosos destinados a las Misiones de la Sierra Gorda pudiendo aprender la lengua chichimeca y, al mismo tiempo, pudieran curarse y descansar.

Las misiones que atenderían serían San José del Llano, Nuestra Señora de los Dolores de Zimapán, San Miguel de la Cruz Milagrosa (Palmas), Santo Domingo de Soriano, Nuestra Señora de Ahuacatlán. Cabe hacer mención de que el nombre del convento fundado fue el de ‘Convento de Nuestro Señor Jesucristo’ o ‘Convento de la Preciosa Sangre de Cristo’ y no Santo Domingo como ahora se le conoce y que seguramente se le dio ese nombre por sus fundadores.

La construcción del templo y convento se realizó gracias a la generosidad del pueblo sanjuanense, así como por las ganancias del cobro de pasajes por el servicio que hacía una canoa que transportaba a los caminantes de una orilla a otra orilla del río cuando este llevaba un fuerte caudal, dicha canoa era propiedad de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, misma cofradía que pagó la construcción de lo que se conoce, el día de hoy, como Puente de la Historia.

El conjunto conventual fue consagrado el día 1 de agosto de 1734, siendo prior de este el padre fray José de Arziniega.

MT