Isaac Jiménez
Se ha dado un recorte de la tasa de interés de referencia por parte del Banxico en 25 puntos base, al pasar de 11% a 10.75%.
Esta noticia ha sido algo sorpresiva, sobre todo a la luz de las decisiones de quienes han decidido invertir sus carteras en instrumento sin riesgo. Especialmente teniendo en cuenta que la decisión de la Reserva Federal de los EUA fue en el sentido de mantener sus tasas sin cambio y la de Japón fue de incrementarla.
Algo más sorpresivo si se toma en cuenta que el ámbito del Banxico no es idéntico al de la Reserva Federal (FED), pues en el caso mexicano está normativamente enfocado solo al control de la inflación y el de la FED es mucho más amplio.
La explicación del Banxico -en una decisión dividida- fue que si bien la inflación creció en julio a 5.57% anual, la inflación subyacente se redujo de 4.13% a 4.05% de junio a julio. Además, que se tomó en cuenta la desaceleración de la economía mexicana, influida en especial por la debilidad del crecimiento en las manufacturas tanto en México como en los EUA.
Más allá de la decisión dividida y de las críticas de algunos analistas privados a lo que señalaron como una posición prematura de Banxico, pareciera que este se separa algo de su función principal en la contención de la inflación, la cual, en realidad tiene el efecto de un impuesto regresivo que afecta a los que menos ingresos tienen. Y éste parece tomar una posición más expansiva, apostando a un mayor crecimiento en un ámbito adverso.