Seth Pérez

La vida de los padres y de una gran parte de pueblos y ciudades gira en torno a la vida escolar. Sin embargo ¿es el objetivo social o es solo un ancla para definir vivienda, ritmo de vida, horarios y necesidades para que chicos y jóvenes asistan diariamente? Algunos datos nos indican cómo sucede la vida cotidiana en cuestión de movilidad. Por ejemplo, la encuesta de origen destino en hogares de la zmvm realizada por el INEGI señala que en el 2018 se realizaron 34.56 millones de viajes, siendo el 58% para ir al trabajo y la escuela. El 25.2% fueron en automóvil particular y 16% en taxi.

Muchas ciudades en el mundo y en México aplican medidas para fomentar otros medios de transporte alternos al automóvil como la bicicleta y el transporte en común. Pero contamos con pocos datos para identificar las necesidades reales de cada población. En este ámbito las estadísticas municipales poco ayudan, ya que el problema difiere entre colonias y por zonas geográficas específicas. En un estudio de movilidad de la población de 2020 del Colegio de México, menciona que el 59% de la población estudiantil hace 15 minutos a su escuela, siendo el 23.1% que utiliza el automóvil y 58.2% llega caminando.

La pregunta para mejorar es identificar los datos locales y conocer que sucede en nuestras colonias para posteriormente determinar la mejor política pública orientada a disminuir el transporte motorizado y fomentar medios alternos. Pero los estudios son escasos y poco difundidos. ¿Usted conoce la situación cerca de su casa o su trabajo?