Roberto Mendoza
Cada partido político es una institución que representa a simpatizantes, militantes y votantes, no es un ente abstracto, es real por el número de personas afiliadas que votan por ellos, a su vez este partido designa a candidatos que representan a una parte de esas personas que votaron por la institución política, ergo los partidos, a través de diputados, senadores, el presidente y su gabinete, personifican nuestra voluntad, anhelos y necesidades; su trabajo es convertirlas en realidad.
Diputados y Senadores, redactan, discuten y votan leyes para lograrlo. Si sólo algunas de las fracciones parlamentarias, tuvieran todo el poder para decidir todo y las otras, por número, no pudieran modificar casi nada o nada, el espíritu del interés común y la posibilidad de tomar las decisiones en base a la discusión y gracias a un consenso, donde todos ganen algo a cambio de ceder en algunos puntos, estará nulificado.
Durante 18 años vivimos un congreso con verdaderas fuerzas opositoras, donde nadie tenía la facultad de imponerse, quizá no fue tan beneficioso, en muchos casos hubo una parálisis legislativa y en otros experimentos de una sola vez, como un presupuesto base cero. Hoy estamos en un momento en donde una corriente política tendrá todo el poder, ya lo hemos probado en el pasado, hay cosas buenas y cosas malas, las buenas son que se tomarán decisiones efectivas y se impondrá una voluntad, por lo tanto, habrá resultados, la mala es que se notaran más los errores derivados de estos y la oposición señalará, empujará y luchará hasta lograr, otra vez, un cambio.
La única seguridad de esta sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados es que habrá una fuerza que se impondrá y modificará la vida de todos y si la oposición se enfrasca en bravuconadas, en victimizarse, hacer berrinche y oponerse a todo, no tendrán oportunidad de modificar absolutamente nada. Tendrán que volver a buscar formas inteligentes, innovadoras y efectivas para que ser escuchados, aguantar la aplanadora más veces de lo que están dispuestos y poco a poco, ya se ha hecho antes de manera exitosa, ganar espacios de nuevo, no frente al poder, sino unidos a las demandas, necesidades, anhelos y voluntad de sus votantes, la ciudadanía.
