Mario Maraboto
No es raro leer y escuchar cómo, desde el atril de la “Mañanera” diaria, el Presidente critica, denuesta, calumnia, fija agenda y construye cortinas de humo sobre los temas que no le son favorables; ha culpado a los medios de comunicación, por “manipular” los resultados de su gobierno y crear complots en su contra; ha dado clases de historia (a su modo), ha evadido preguntas, ha mentido y ha improvisado auténticos espectáculos musicales. Todo un show de más de 2 horas de duración.
En ese escaparate ha manifestado su enojo cuando las cosas no le van bien; generalmente ha improvisado sus respuestas y como niño chiquito “las corta” con su amigo el embajador de EU, igual que ha solicitado que España pida perdón por la Conquista. Cero planeación y mucha improvisación según las circunstancias.
Evidentemente su objetivo no ha sido informar sino hacer propaganda, hacer creer que ha trabajado en temas de “interés nacional”, y autoalimentar su ego al convertirse en el único vocero y “experto” de todos los temas de su administración. Ha desvirtuado el sentido periodístico de las conferencias de prensa con el apoyo $incondicional$ de algunos que se acreditan como periodistas para entrar a hacer preguntas a modo, aplaudirle y echarle porras, para convertirla en un acto de propaganda.
Pero logró su objetivo: dominar la agenda pública todos los días. Lo consiguió, no por sus periodistas incondicionales, sino gracias a que los medios serios, diarios y noticiarios electrónicos, se encargaron de difundir todo lo que expresaba en su show, aunque mucho de ello no significara noticia real. Ya puso “la muestra” para que la siga su sucesora.
Y, sí. ¡Ya empezó antes de tomar posesión!
En diciembre del año pasado, muy en sintonía con las formas de AMLO (como lo volvió a hacer el domingo en el Zócalo de la Ciudad de México), la próxima presidenta hizo su propia encuesta a mano alzada en Mérida: “Vamos a ponerlo a votación ‘¿Vamos a seguir con las mañaneras?’ A ver, levante la mano quién quiere que sigan las mañaneras. Pues van a seguir las mañaneras, ya está la nota de los periodistas: el día de hoy lo decidió el pueblo”. Y a mediados del mes pasado lo refrendó: “A las 7 ya, se van a tener que levantar temprano. Ya tomé la decisión de que a las 6 de la mañana se hará el gabinete de seguridad y a las 7, la ‘mañanera’. Ya sé que nuestros adversarios van a decir que es lo mismo, pero organiza mucho el día iniciar muy temprano, tener el informe, y después dedicarse a tener las reuniones para los avances de los diferentes proyectos”.
En efecto, coincido en que va a ser lo mismo, seguramente con algunas variantes. Posiblemente la reunión del gabinete de seguridad empiece a servir para algo con García Harfush al frente de dicha secretaría, pero en cuanto al show mañanero habrá que esperar a los primeros días de su mandato para saber si sigue el mismo formato de ilusiones y mentiras durante dos horas. Hacerlas más breves y enfocadas a un solo asunto del que deriven noticias, y evitar chistes malos y videoclips musicales, haría una gran diferencia.
Si va a seguir la muestra que le puso el inútil de AMLO, habrá que pensar si se le debe dar seguimiento. En tal caso, me parece que, por los antecedentes, lo recomendable sería que los medios de comunicación serios, si asisten, no difundan nada que no signifique noticia. Así se evitará que ella fije la agenda del día y siga convirtiendo la conferencia de prensa en un acto de propaganda.