Dicho lo anterior, estamos frente a un antes y un después en nuestra democracia en donde no solo elegiremos a los representantes populares que fungen como nuestra voz en las legislaturas, sino que los impartidores de justicia, estarán bajo escrutinio público y serán electos abiertamente. Retomando la idea principal, estimada o estimado lector, considero que es una desgracia que el Congreso de la Unión sesione con tal rapidez un asunto tan trascendente que modifica de raíz nuestro sistema de justicia sin la debida precaución, estudio y análisis.