Me parece que ante su manifiesta alegría y beneplácito por sus destructoras “reformas” y en el marco de su cuarta transformación, bien pudo haber gritado cosas como: “Viva la impunidad del gobierno”, “Viva el acoso a la oposición”, “Viva la impunidad”, “Viva el nepotismo”, “Vivan mis magnas obras aunque no sean productivas”, “Viva el INE por la sobrerrepresentación legislativa a Morena”, “Mueran los organismos autónomos que me estorban”, “muera el poder judicial”, “Al diablo con las instituciones que nos dieron democracia”, y, descaradamente, “Viva yo, que soy el pueblo”.