Prácticamente todas las direcciones también tendrán que pasar por el nombramiento de la Legislatura, lo que podría “negociarse” si hubiera la oportunidad de encontrar acuerdos o bien, de democratizar la definición de las mismas, hecho poco probable tomando en cuenta que Morena tiene mayoría y que el PAN no pretende ceder terreno. Lo peor, es que la pasada Legislatura prometió diálogo y acuerdos, y apenas en el primer día de sesiones, se interrumpió la sesión sin siquiera haber intentando un consenso. Arranca la LXI Legislatura con el pie izquierdo.