La gestión de Piedra (Rosario, aunque parezca paradoja) destacó por la criminalización de feministas que protestan, ocultamiento de violaciones a los derechos humanos, decisiones y nombramientos polémicos, investigar el pasado en lugar del presente, y apoyar al gobierno por sobre los ciudadanos en situaciones como desaparición forzada y tortura, entre muchas incongruencias. A pesar de ello y de ser la peor evaluada por senadores y organizaciones de derechos humanos, fue ratificada por sobre la candidata que apoyaba la presidenta de la República.