La industria agroalimentaria genera una enorme cantidad de subproductos y residuos, que tradicionalmente han sido considerados desechos. Sin embargo, en las últimas décadas, el enfoque hacia estos materiales ha cambiado significativamente, debido a la creciente conciencia sobre la sostenibilidad, la economía circular y la necesidad de mitigar los impactos ambientales de las actividades humanas. Hoy en día, los subproductos agroindustriales se reconocen como valiosas materias primas para la producción de bioproductos de alto valor agregado, tales como bioenergía para sustituir combustibles fósiles, bioplásticos o polímeros biodegradables como sustitutos de plásticos convencionales, fertilizantes orgánicos ricos en nutrientes que reducen el uso de fertilizantes sintéticos contaminantes y, sobre todo, ingredientes alimentarios o nutracéuticos que mejoran la salud de los consumidores. El aprovechamiento de subproductos agroindustriales para la generación de estos y otros bioproductos no solo representa una solución viable a los problemas de residuos y sostenibilidad, sino que también ofrece oportunidades para transformar los modelos productivos actuales. Este enfoque impulsa la transición hacia una economía circular, donde los desechos dejan de ser un problema para convertirse en una fuente de riqueza y desarrollo. Al adoptar estas prácticas, se avanza hacia un futuro más verde y equitativo, donde la innovación y la responsabilidad ambiental caminen de la mano.