Arrancones al ‘amparo’ de distintas autoridades (primera de dos partes)

Cada jueves, en la Capital, se realizan carreras clandestinas en la vía pública sin límites
de Policía Estatal ni de Guardia Nacional

Gonzalo Flores
Investigación especial
Fotos: Yarhim Jiménez
(Parte 1 de 2)

Los jueves son noches de adrenalina en la ciudad, al amparo de las autoridades. No importa infringir la ley ni las normas sanitarias, mucho menos poner en riesgo la vida de los automovilistas que regresan a casa.

Tampoco preocupan las multas por organizar competencias no permitidas pues sólo oscilan entre los mil 882.02 a los 2 mil 688.60. Las presuntas apuestas podrían dejar mucho más.

Se quejan los vecinos que semana tras semana reportan al 911 los arrancones clandestinos del libramiento sin tener respuesta contundente. La vía pública se convierte en una pista de carreras desde hace más de un lustro.

Aunque para los participantes, en su mayoría jóvenes, es una forma de diversión, en el lugar se incumplen diversas normativas del reglamento de tránsito y peor aún, las medidas sanitarias.

PUNTO DE REUNIÓN

Todo comienza desde poco antes de las 22:00 en la gasolinera Mobil ubicada en el Libramiento Norponiente 27442-A en la colonia Huertas La Joya, entre los retornos donde se encuentran el fraccionamiento Tres Cantos y el ingreso a la comunidad de Tlacote El Bajo.

A lo largo de la acera y dentro de la gasolinera, conforme llegan, se estacionan los automóviles para iniciar la fiesta callejera.  Las bebidas alcohólicas y el sonido de la música emanan desde el interior de los autos a todo volumen. Los participantes no parecen extrañar los centros nocturnos, cerrados como manda el Escenario B.

A las 23:00 horas, ya hay  cerca de 100 autos de todo tipo de marcas y modelos así como 400 personas que gritan bajo el sonido motor. Las motocicletas también corren.

PRIMERA ADVERTENCIA

A las 23:15 horas una patrulla de la Guardia Nacional llega del otro lado, enciende su torreta y acelera. La mayoría de los presentes sube a sus autos y se apartan del lugar. Personas en el camellón silban a los escondidos para decirles que se regresen.

Tras su rondín, la patrulla vuelve y se constituye en el lugar donde se detiene a hablar con algunos asistentes. Los conmina a que se comporten tranquilos y se retira. Se han ido poco más de la mitad de todos los que estaban. La gasolinera se llena de nuevo en minutos.

JUEVES FAMILIAR

Dos autos se preparan para correr. Pero frente a ellos, otro automóvil hace maniobras para estacionarse entre la multitud. Eso retrasa la salida, provoca la rechifla de los espectadores y detiene la circulación del libramiento pues atrás de los dos autos ya están formados dos trailers de carga pesada y varios automóviles más.

Una vez estacionado  el auto que estorbaba, se da la salida a un Mini Cooper y un BMW, quienes avanzaron a toda velocidad. Mientras, los trailers recuperan su andar más lento y uno de ellos no duda en dejarles de recuerdo su respectiva ‘mentada’.

Frente a la gasolinera, del otro lado del libramiento, también hay autos estacionados frente a una plaza en construcción. Al lado de la plaza hay un terreno baldío donde algunos de los presentes improvisan como baño porque la cerveza y bebidas han surtido efecto.

Hay quienes acuden en familia. En el camellón hay una pequeña sobre los hombros de su papá. Del lado de la gasolinera hay otros pequeños que miran atentos los arrancones. También hay quienes no llegan en auto de colonias cercanas y arriban caminando para ser parte del ambiente. La mayoría no utiliza cubrebocas.

Además, el libramiento se convierte en parte del ‘espectáculo’ pues cruzar de un lado a otro se vuelve una reiterada acción de algunos jóvenes que aprovechan para ‘torear’ la circulación de una vía rápida, sin considerar los riesgos que esto representa.

SEGUNDA ADVERTENCIA

Las distintas tandas de arrancones continúan una tras otra. Los protagonistas regresan siempre al punto de partida. Los envases con contenidos etílicos son sostenidos en las manos de los espectadores tanto en el camellón como sobre la acera de la gasolinera. La fila de carros se extiende hasta metros adelante de la tienda de conveniencia que está junto a la distribuidora de combustible.

A las 23:48 horas dos patrullas de la policía estatal hacen su arribo. Su presencia del otro lado de la vialidad y la torreta que encienden los dos vehículos, provoca una movilización colectiva de todos los autos de la gasolinera y también los que están enfrente. A toda velocidad y en caravana vacían el lugar.

Los líquidos embriagantes son arrojados tanto en las inmediaciones de la gasolinera como sobre el libramiento Norponiente.