Combinan artes plástica, danza y homenaje en Ibérica contemporánea

Diversas manifestaciones artísticas, entre ellas la danza, se dieron cita en el Museo Regional como parte del festival Ibérica Contemporánea

Magdiel Torres

En el Museo Regional de Querétaro se dieron cita diversas manifestaciones artísticas en el marco del Festival Internacional de Danza Ibérica Contemporánea. Ese fue el escenario perfecto para homenajear a la bailarina y coreógrafa Gladiola Orozco.

“La danza guarda todas la artes. Música, escultura, pintura teatro, escritura. La danza es salud y esperanza para el mundo y espero que todos estemos felices en un mundo de danza. La danza es un instinto natural. El gran aplauso universal para este festival internacional”, dijo Gladiola Orozco en el momento en que fue reconocida.

Enseguida se presentó la obra `Destierro de pájaros’, de Bárbara Alvarado, por Compañía Internacional Proart. Se trató de creación que, según palabras de la coreógrafa Bárbara Alvarado surge de una imagen y de una idea. La de que siempre volvemos a los lugares en donde amamos la vida, como reza el poema que Mercedes Sosa musicalizara.

En esta puesta escénica vemos a un bailarín masculino y a dos mujeres. Mientras el hombre ejecuta un soliloquio de danza, las mujeres, a distancia, parecen indiferentes hasta que más adelante sale el hombre de escena y ellas toman el espacio.

Desfila el arte flamenco en Ibérica Contemporánea

Con tintes flamencos reaparece el hombre, pero las mujeres articulan movimientos que parecen hacer una danza paralela y que, sin embargo, se conjuga con la de su compañero cuando empiezan a escucharse los acordes de ‘La llorona’, la popular canción que habla de las distancias más insondables: las del corazón.

Con palabras de fondos de madres preocupadas que llaman a sus hijos, con zamba y acordes de jazz, la pieza va planteando una estética intensa. Esta pieza fue estrenada el pasado 28 de mayo en el Centro de arte Emergente en el nuevo Foto de Usos Múltiples de Querétaro.

MÁS DANZA

Más adelante apareció Pablo Egea con una especie de homenaje al son veracruzano con una naturalidad y gracia digna de postales que, como anunciara en la inauguración el maestro Cristóbal Reyes, se quedaron grabadas en las retinas de los asistentes.

Poco después llegó Noelia Rúa con una obra intimista, en donde empleó un cambio de vestuario que iba del blanco al negro y en donde mostró su gracias y su pasión desbordante por este arte.

“Queremos que Ibérica Contemporánea sea para todos por eso integramos diferentes disciplinas, las artes desde la belleza tiene que estar relaciones y unidas, muchas gracias a todos por tantas belleza”, dijo  Adriana Covarrubias al presentar la muestra fotográfica “Entre los cañaverales: del camerino al tabanco”, de Claudia Ruiz.

 MT