‘Vestirse de charro es vestirse de México’

Mujeres y hombres de a caballo se visten de gala para celebrar una de las tradiciones más mexicanas y más representativas de nuestro país

Francisco Pérez

“Mi orgullo es ser charro, valiente y bragado, traer mi sombrero con plata bordado, que nadie me diga que soy un rajado, correr mi caballo en pelo montado…”, dice la canción ‘Yo soy mexicano’, interpretada por Jorge Negrete y popular desde la década de los cuarenta.

La vida de México está ligada a sus tradiciones, como sociedad melancólica del pasado nos gusta tener muy presentes los símbolos que han forjado una clara y fuerte identidad. Hablar de México es hablar de charros, un historia unida por siglos, unida por valentía, tradición, familia y mucho orgullo.

Septiembre es el mes mexicano por excelencia. Es así que desde el sexenio del General Abelardo L. Rodríguez se celebra cada 14 de septiembre el Día del Charro. Fue el expresidente quien lo decretó en 1934.

“El Día del Charro lo promulgó el general Ávila Camacho como un homenaje a toda la tradición mexicana del hombre de caballo, tanto la charrería como el caballo”, comenta Alberto Rico Reséndiz, perteneciente a Asociación de Charros Regionales de Querétaro.

El origen de esta tradición se remonta a los chinacos y las labores del campo y la ganadería que se hacían en México desde principios del Siglo XX. Las actuales suertes charras están ligadas fuertemente a estas labores campestres como eran el arreo del ganador, la captura en campo abierto para cuidados del ganado, el jineteo, entre otras cosas.

“En Querétaro existe un padrón de aproximadamente 50 equipos de charros en Querétaro. Yo pertenezco a una de las Asociaciones más antiguas, la Asociación de Charros Regionales de Querétaro, que es la que se fundó aquí en el estado. Prácticamente en todos los municipios del estado hay un Lienzo Charro y una Asociación de Charros”, señala Alberto Rico.

SUERTES CHARRAS

Existen diferentes tipos de suertes charras, todas se realizan a caballo, excepto las manganas a pie.

Algunas de las más destacadas son: la cala de caballo, con la que se comprueba la rienda del equino y la habilidad del jinete. El coleadero, en la que el jinete, desde su silla, tiene que derribar a un novillo.

El jineteo de toro, consiste en montar una res brava y resistir todo el tiempo acuesta del animal hasta domarlo. Las manganas, a pie o a caballo, son la suerte de tirar el lazo sobre las patas de la res para derribarla.

El paso de la muerte, famosa por su nombre, consiste en cabalgar junto a una yegua bruta hasta darle alcance y el jinete tiene que pasarse al lomo de este animal para domarlo.

Sobra decir el valor y habilidad que se requiere para el desempeño correcto de dichas suertes. El charro es un hombre especializado en todos estos menesteres, un deportista que practica y ejecuta sus habilidades en las charreadas.

ESCARAMUZAS

Las mujeres tienen una participación a la que se denomina Escaramuza Charra, en la que realizan un ‘ballet’ ecuestre que requiere precisión y destreza, ya que se ejecuta a máxima velocidad y con la participación de varias jinetes.

La fiesta de la Charrería es orgullosamente mexicana, es una tradición que se ha arraigado en miles de familias mexicanas, y que hoy con orgullo es considerada deporte nacional.

“Es un orgullo, viene de nuestro antepasados, es familia, es herencia y vestirse de charro es vestirse de México. Es una representación a nivel mundial, en cualquier lugar donde vayas vestido de charro van a saber que estas vestido de México. Es parte del honor de ser mexicanos”, concluyó el charro queretano Alberto Rico Reséndiz.