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Adolescente australiano conquista el ‘skate’ olímpico

El australiano Keegan Palmer compite en las finales de skate de Tokio 2020, el jueves 5 de agosto de 2021, en Tokio. (AP Foto/Ben Curtis)
El australiano Keegan Palmer compite en las finales de skate de Tokio 2020, el jueves 5 de agosto de 2021, en Tokio. (AP Foto/Ben Curtis)

Mientras la pandemia del coronavirus impedía las competencias y ponía en entredicho el futuro de los Juegos Olímpicos, el skater australiano Keegan Palmer y su entrenador creaban un plan. Al otro lado del mundo, lejos de la comunidad del skate que se congrega en California, el joven de 18 años se dispuso a trabajar en … Leer más

Mientras la pandemia del coronavirus impedía las competencias y ponía en entredicho el futuro de los Juegos Olímpicos, el skater australiano Keegan Palmer y su entrenador creaban un plan.

Al otro lado del mundo, lejos de la comunidad del skate que se congrega en California, el joven de 18 años se dispuso a trabajar en perfeccionar un truco acrobático que rara vez se utiliza por su alto grado de dificultad.

Es tan complicado que lo entrenó durante semanas sin poder lograrlo.

Entonces, en los empinados muros del parque de Tokio, lo hizo.

Su recompensa: una medalla olímpica de oro colgando de su cuello.

“Todo eso lo aprendí en el confinamiento”, declaró. “Todos esos trucos que me vieron hacer, fueron con sangre, sudor y lágrimas en Australia”.

Su oro en la competencia de parque del jueves fue el último de los cuatro que se entregaron en dos semanas en el debut del skate en el programa olímpico. Y fue la única la única presea dorada que no fue para un japonés, terminando con el dominio del anfitrión en la disciplina.

La plata fue para el brasileño Pedro Barros. Es la tercera medalla para Brasil — todas de plata — en el debut del skate en el programa olímpico.

Cory Juneau se quedó con el bronce, la segunda medalla para Estados Unidos en el skate. La primera, otro bronce, la conquistó Jagger Eaton en la prueba de calle.

Palmer, que en Estados Unidos y se mudó a Australia con sus padres cuando era un bebé, estuvo perfecto en sus dos carreras de trucos durante la final de ocho competidores.

Impresionó a los jueces no solo con la dificultad de sus acrobacias sino con la manera en que las hilvanó durante sus dos tandas de 45 segundos.

Especialmente impresionante fue el truco que resultó ser su arma secreta: el kickflip 540.

Elevándose por una inclinada pared, hizo girar la tabla sobre su eje mientras subía. Luego, en el punto más alto, tomó la tabla y la giró, con lo que la punta quedó hacia abajo.

Una vez que inició el descenso, y la gravedad amenazando con arruinarlo, Palmer pegó los pies a la parte trasera de la tabla y giró mientras se dirigía al concreto, realizando una rotación y media. Todo eso en un parpadeo.

Aterrizó las cuatro ruedas de la tabla con la suavidad de una pluma.

Los jueces quedaron anonadados.

“En una competencia de parque, ese es un truco sumamente raro”, dijo el juez canadiense Mike Prangnell a The Associated Press. “Hizo maniobras sumamente difíciles que nadie más pudo hacer”.

Palmer fue el único en rebasar los 90 puntos en la competencia. Y lo hizo dos veces.

Su 94.04 en su primera carrera pusieron la presión sobre los otros siete finalistas. La mayoría tuvieron que arriesgarse y cayeron en reiteradas ocasiones en su intento por atraparlo.

Luego, puso el oro aun más lejos de su alcance en su tercera carrera, que logró una nota de 95,83 y en la que incluyó el kickflip 540.

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