Detectan el Síndrome de la Cabaña en mexicanos

En los últimos cinco meses, los mexicanos han modificado su forma de vida, alejados de los espacios abiertos y de las multitudes, entre otros aconteceres. Esto ha implicado cambios de rutina, dejar de hacer muchas cosas y adaptar las actividades a un contexto de encierro necesario y tedioso.

Esta situación provoca ansiedad, enojo, aburrimiento, miedo, frustración y ha habido cambios observables en las personas, como dejar de hacer ejercicio, comer en exceso, insomnio y estas se convierten en fuentes añadidas de malestar social.

Esta experiencia resulta muy entendible y puede que parezca ilógico que haya quien no esté deseoso de que esto pronto termine, pero existen personas con ese pensamiento, destacan expertos.

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Poder salir nuevamente a la calle, ver a la familia, los amigos y regresar a las actividades cotidianas, aunque estas se planteen dentro de una “nueva normalidad”, no resulta atractivo para todos.

El experimentar miedo y ansiedad de reincorporarse a las actividades, es lo que se ha llamado “Síndrome de la Cabaña”, aludiendo a la cabaña como ese lugar seguro en el que se ha pasado este tiempo.

Si usted es uno de esas personas o conoce a alguien que no le preocupe la normalidad, es un fenómeno psicológico “natural” ante tanto tiempo de confinamiento y más aún si se ha pasado sin compañía.

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Al respecto, Circe Montes de Oca, coach de Apoyo Psicoemocional en Pronokal México explica que quien experimenta “síndrome de la cabaña” se adaptó a las circunstancias, y en el aislamiento social encontró su seguridad, tranquilidad, más horas de sueño, etc., y salir nuevamente implica renunciar a esa zona de confort.

Pero también puede significar reincorporarse a contextos que resultan poco estimulantes, regresar al estrés del transporte público, el tráfico, un ambiente laboral desagradable y hasta exponerse con algunos kilos de más.

La especialista Circe Montes de Oca indicó que para quienes padecen de esta actitud, lo primero que deben hacer para remediarlo, es programar salidas graduales a la calle.

Por ejemplo, empiece saliendo a calles cercanas de casa, puede ser acompañado y después intentarlo a solas. Puede hacer un calendario en donde defina en qué momento llevará a cabo la tarea.