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Buscan rescate de la chía y el cempasúchil en México

Juan Carlos Machorro Un grupo de académicos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán y del Instituto de Química (IQ-UNAM) desde hace años mantienen una investigación de una nueva variedad de cempasúchil de brote robusto, que ha demostrado una vasta adaptabilidad climática, con la que se lograron plantas vigorosas, de un alto rendimiento de … Leer más

Juan Carlos Machorro

Un grupo de académicos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán y del Instituto de Química (IQ-UNAM) desde hace años mantienen una investigación de una nueva variedad de cempasúchil de brote robusto, que ha demostrado una vasta adaptabilidad climática, con la que se lograron plantas vigorosas, de un alto rendimiento de biomasa y elevada concentración de pigmentos.

José Luis Sánchez Millán, investigador de la FES Cuautitlán, indicó que se debe defender esta y otras especies nativas de México del robo y explotación internacional.

El especialista encabeza un trabajo en el mejoramiento y aprovechamiento integral de dos especies fundamentales en la cultura nacional que, por el desconocimiento y la fluctuación de sus precios en el mercado, hoy se encuentran en el abandono: la chía y el cempasúchil.

En el caso de la chía, cuya semilla es apreciada por su gran contenido nutrimental, posee alto contenido de ácidos grasos omega 3 y 6, es rica en antioxidantes, excelente fuente de fibra y con gran aporte de proteínas. Por tanto, fue consumida por guerreros aztecas que subsistían en batallas y expediciones, alimentándose con solo una cucharada.

No obstante, con el paso del tiempo, las especies decrecieron y su cultivo quedó relegado a comunidades aisladas y en peligro de extinción, con Argentina, Paraguay y Bolivia como los que lideran hoy el 80 por ciento de la producción mundial.

Con el objetivo de ofrecer más oportunidades de producción a los agricultores, los investigadores se enfocan en el “desarrollo de un sistema matricial polimérico de proteínas de lactosuero-polisacáridos como fuente de calcio altamente disponible”, a partir del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT) IA20712.

En él, se plantearon resolver aspectos básicos que contribuyeran a incrementar el rendimiento del cultivo de chía, como la densidad de siembra, considerando variaciones entre grano y forraje; las curvas de extracción de nitrógeno, fósforo y potasio; las fechas de sembrado, así como sugerir dosis de fertilización, a fin de alcanzar un sistema de producción científico fructífero.

En 2021, el trabajo comenzó con la siembra de chía en agosto y la floración se alcanzó exactamente a los 50 días, coincidiendo con los ciclos de cultivos pasados. “Este indicio podría comprobar que la florescencia es fotosensible, pues responde a la longitud del día más que a la temperatura o la presencia de agua”.

Según leyendas prehispánicas, la cempasúchil se usó por primera vez en altares de Malinalco.

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