El acto de encontrar al niño en la rosca tiene varias interpretaciones. En primer lugar, se relaciona con el significado religioso de la Navidad, pues el niño Jesús es el protagonista central de esta festividad cristiana. Al encontrarlo, los participantes en la celebración no solo cumplen con un ritual de buena suerte, sino que también rememoran el momento en que los Reyes Magos ofrecieron regalos al niño Jesús en Belén. Quien encuentra el niño debe, por tradición, organizar una fiesta o proveer tamales el Día de la Candelaria, el 2 de febrero, como parte de un ciclo que une la Navidad con la Candelaria.